CAPÍTULO VI :LOCURA

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La inmensa masa de podridos venía acercándose pausadamente, sus quejumbrosos alaridos se escuchaban acompañados del eco que rodeaban las calles mientras que nosotros nos encontrábamos parados en medio de la calle, observando que lentamente nos acorralaban.

La munición de mi arma se había reducido a tan solo un cargador lleno, Rider solo tenía unas cuantas balas de su revólver. Rogers sin embargo, no expresaba ningún gesto de preocupación, era como si alguna vez en su vida había vivido semejante experiencia.

—Mierda... Son demasiados... Y vienen por todas partes, tenemos que hacer algo ¡RÁPIDO! —replicó nervioso Rider haciéndose notar su desesperación.

Teníamos que pensar en algo, pero las circunstancias en las que nos encontrábamos no nos dejaba pensar claramente, solo veía que por cada segundo que pasaba esos muertos vivos venían acercándose más y más a nosotros. Si tan solo pudiéramos abrirnos paso por en medio de ellos, pero como, me sentía como una rata acorralada.

Comencé a buscar dentro del entorno algo que nos sea útil, a solo unos metros en frente pude divisar un inservible camión de bomberos, pudiendo notar que colgaba un hacha, y al rededor algunas otras herramientas, sin dudarlo me acerqué y tome el hacha que estaba ahí, mientras que Rider y Rogers me quedaban observando.

—Si al menos voy a morir... Prefiero dar lucha antes que quedarme con los brazos cruzados —les dije sujetando con fuerza el hacha.

Después de decir estas palabras, cada uno tomó una herramienta y sin decir palabra alguna, nos detuvimos en medio de la calle a la espera de los caminantes.

—Ya casi están cerca... —avisó Rogers mientras nos miraba seriamente.

No teníamos otra opción, solo nos quedaba luchar cuerpo a cuerpo con esas cosas, que hambrientas, nos superaban en número, así que quizás no salgamos vivos de esta. Sin razón aparente, mis ojos se desviaron hacia un par de coches abandonados que se encontraban de lado a lado de la calle, despertando así un descabellado plan.

—Fue un gusto conocerlos muchachos. —dijo Rider aceptando su destino.

—Deja de decir tonterías y sácate la camiseta, tengo un plan —le hablé mientras ambos me miraban extrañados.

Con cierta duda y curiosidad, Rider se sacó la prenda quedándose solo con el bivirí.

— ¡Rápido! ¡Síganme! —exclamé a la vez que rápidamente nos dirigíamos hasta esos dos coches.

Una vez cerca, tome la camiseta de Rider y la rompí a la mitad, seguidamente que abrí el compartimiento de la gasolina introduciendo así la tela por el hoyo.

—Has lo mismo con el otro coche.

Rider avanzo lo más que pudo, colocando el otro pedazo de tela en el tanque de gasolina del coche.

— ¡RAAAAHH!

El grito de un zombi se hizo notar detrás de mí.

— ¡Mierda... no!

El zombi se lanzó encima de mí, tratando de arrancarme un pedazo de carne, empuñando el hacha y con todas mis fuerzas, logre arremeter contra él, cercenándole la cabeza.

— ¡YA ESTÁN AQUÍ! —exclamó Rogers golpeando fuertemente contra ellos impidiendo que avanzaran.

Toda la horda estaba a solo pasos de nosotros. Completamente desesperado, comencé a buscar el mechero, una vez en mis manos, pude encenderlo, ardiendo así el pedazo de tela.

— ¡Toma el mechero!—le grite dije a Rider lanzándole el objeto.

La carnicería había empezado, con todas mis fuerzas golpeaba uno a uno sus cuerpos podridos derribándolos. Rogers por su parte había conseguido aguantar un poco, pero cada vez el número crecía.

RESIDENT EVIL: Pesadillas del PasadoWhere stories live. Discover now