#cuarenta-y-seis

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Una melodiosa música resonaba por toda la sala, los dos niños estaban bailando al compás de la melodía , claro con algunos tropezones de cada uno.

Sus padres habían escogido que ellos fueran pareja para el baile de kinder, y como los niños no iban a aceptar si eran grandes amigos.

La pequeña se sentía toda una princesa al lado de él un poco de revoloteo sentía en su pequeña pansita, ahora le dolía tanto haberlo rechazado en el beso.


Adam— lo mencionó al verlo frente de su puerta.

—No me vas a dejar pasar— le sonrió, que curiosa estaba ella ante los ojos de él, como aquella vez que sonreía cuando bailaban.

—he?— aún su mente no procesaba nada .

Adam no lo dudó ni un segundo más la tomó y la puso como un saco de papas sobre su hombro y cerró la puerta, estaba claro que ella pataleaba para ser liberada, él la  llevaba hasta su cuarto y cuando estuvo dentro de la habitación la tiró sobre la fama de una manera delicada, los dos chicos se miraban, y no dudaron un momento más para unir sus labios de una manera apasionada.

No era la lujuria que los invadía si no el amor por tenerse el uno al otro.

—Te extrañé tanto— susurró sobre los labios de Rose.

—Adam, debo decirte algo— lo tomó de su rostro y le dio otro beso, en ese momento a Rose se le pasaba por la mente mil y una ideas de como podría pasar su vida junto a él... Pero no iba a poder — me iré... Por un largo tiempo— una lágrima recorrió su mejilla.

—Yo te voy a esperar el tiempo que sea— paso su pulgar por la mejilla de la chica— no llores — y con eso la volvió a besar, ¿Por qué? Porque ya no aguantaba las ganas al ver sus hermosos labios que han sido los únicos que ha besado.

Te Extrañé Tanto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora