#cuarenta-y-tres

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Rose caminaba por los pasadizos del colegio, todos la miraban con pena, unos murmuraban cosas sin sentido, decían mentiras a sus espaldas para ella ya era un alivio que haya terminado la semana.

— Ven vamos a otro lugar— alguien tomó de ella dirigiéndola a otro lugar.

Rose no había podido reconocer la voz de aquella persona, pero cuando estuvo frente a esa persona quiso escapar de su agarre.

— Adam dejame — trato de empujarlo pero no pudo. —  ¡Que me dejes he dicho!.

— No,no puedo Rose — la jaló de un brazo y la abrazó a la fuerza, ella seguía tratando de empujarlo hasta que volvió a romper en llanto. — lo siento — musitó mientras la seguía abrazando — no debí desconfiar de ti— beso su frente.

—Tú no me recuerdas — dijo entre sollozos — Quiero que nuestros recuerdos vuelvan a ti.

—Sabes con o sin los recuerdos yo te quiero.

—Adam, me iré para el final de año, no sé su vuelva. — se separo de el secando sus lágrimas. — antes devolver a irme quiero que me recuerdes .

— ¿te irás? , Rodeno quiero queme dejes— tomo su rostro entre sus manos pasando su pulgar por sus mejillas.

— Mi decisión esta tomada Adam— quitó las manos de su amigo de su rostro.

—Vamos te llevo a casa — tomo de su mano para dirigirse a si auto.

En el trayecto hasta su casa fue silencioso e incomodo, ni uno de los dos jóvenes se atrevía a iniciar una conversación.

Adam se despidió de Rose al llegar la noche. Un suave beso en la frente depósito el en aquella china ca que tanto quería.


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