Al finalizar la clase, salí de ahí directo
a los casilleros. El mío tenía la palabra
'tonta' grabada en su puerta. Suspiré
mirando esto, y traté de no tomarle
importancia, parecía que todos
estuvieran contra mí.
Saqué uno de mis libros y lo guarde en
mi mochila, de camino a la salida, noté
como varias alumnas me observaban,
eran las mismas que me miraban a mí
y a Niall. Sus fríos y amenazadores
ojos se vararon sobre mí.
Tal y como esperaba, el timbre de
salida sonó. En un lunes algunos
chicos tienen planes y se encuentran
contentos, pues yo no.
Mientras más pasaba en ‘mi casa’, más
me atemorizaba la idea de que Ronny
pensase en pasarse del límite
conmigo. Podía defenderme pero no
me gustaba la idea de tener que pelear
contra él, yo perdería y lo sabía.
Salí hacia el frente del colegio para
esperar a James, o a Natalie, que me
vinieran a buscar, ya que Celine se
había retirado antes porque tenía un
chequeo con el dentista.
Me senté en una banca que había y
unas lágrimas cayeron en mis pómulos
directas a parar en mi cuello, las limpié
de inmediato, nadie me veía, pero si
iba a llorar sería en privado.
-¿____(Tn)?
Esa voz me paralizó, la reconocía, e
inmediatamente intenté disimular que
había llorado.
-Niall- dije rápida, sonriendo como
pude. –¿Qué haces aquí?
-Yo… te seguí desde el aula- Pensé
que necesitabas a alguien, ya sabes,
alguien con quien hablar.
Lo miré fijamente, dando a entender
que se sentara junto a mí. Y así fue.
-¿Estabas llorando?- Me preguntó.
–¿Qué? No –sonreí tratando de
disimular tanto como podía. –Tengo
alergias, es todo.
Sentía un impulso enorme por enterrar
mi cabeza en su pecho y llorar a
mares. Quería sentir el abrazo de
alguien y que me susurrara al oído,
“todo va a estar bien”.
Más que eso, necesitaba alguien que
me entendiera, que pudiera
comprenderme y que no me juzgara.
Necesitaba, simple como eso, alguien
que me quisiera por lo que era.
–No te creo –me dijo, y de inmediato
mi corazón se aceleró–, se cuando
alguien llora.
Un suspiro vino de su parte, no me
creía podía notársele. Pero no podía
estallar y contarle todos mis
problemas. Me tomaría por loca.
-Solo es que no me siento bien, y
extraño a mis padres, ellos están de
viaje, y lo estarán por casi un año-
Dije
-Oh, entiendo, pero no tienes porque
estar mal, ellos te tendrán en
contacto-
- Lo sé, y mis tios son muy buenas
personas-
Él me sonrió. Una sonrisa que llenaba
todas mis expectativas, era bonita,
pero ocultaba ciertos misterios. No lo
conocía de pequeños, se podía decir
que lo conocía hace unas horas, las
suficientes para saber cuando su
sonrisa era falsa. Y ahora, era
verdadera.
–Bueno… ¿Sabes? Sigue en pie lo de
mi invitación para esta noche. Si
quieres venir yo…
–¿Venir? ¿A dónde? –a decir verdad la
intriga me comía viva. Una parte de mí
quería salir con él, la otra,
simplemente estaba dispuesta a
arruinarme la semana en mi ‘casa’ o la
vida.
-No sé, podríamos salir a tomar un
helado, o al cine, ¿Qué dices?-
Su propuesta era tentadora, es más
quería aceptarle, pero debía pedir
permiso previo a James y a Natalie.
-Tengo una idea- Dije. – Déjame tu
numero de celular, y si me dejan te
aviso y luego arreglamos, ¿Si?-
-Genial.- Dijo Niall.
Una vez terminado de agendar
números, me levanté al ver que James
llegaba, me despedí de Niall con un
beso en la mejilla, y subí al coche.
Niall aún me observaba de lejos, y me
saludaba con su mano sonriendo, era
bastante lindo, y amable.