Vida de una vampira y nuevos aliados

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Les quería mandar un dibujo de Meri y Evans juntos pero no me dejan...si alguien tiene curiosidad de verlo me lo pide

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-M-Meri-chan...Tu...¿Eres un vampiro?-preguntó sorprendido Yoichi.

-Algo así-respondió ella, estrechándo los ojos y pasándo el dedo índice por el fino hilo de sangre que se había deslizado por su barbilla, para después llevarlo al interior de su boca.-Se los explicaré después, ahora, tenemos enemigos de los cuales encargárnos.

Tomó su espada, la cual la había dejado al costado de Yuki y ayudó a este a levantarse. En eso, Mika se fijó mejor en su arma.

-Esa es...un arma de vampiros de primera clase ¿no?

-Así es, me sorprende que no te dieras cuenta antes.

-Nunca había visto un arma como esa.

Ella soltó una pequeña risita calmada.

-Eso es porque es un tipo de arma usada por los progenitores.

-¿Cómo conseguiste eso?

-Me la dió Krul. Cuando acabemos, les explicaré todo, ahora...

Movió su espada horizontalmente, haciéndo lo que parecía ser "un corte en el aire", pero a los pocos segundos, una potente rágafa que pasó por encima de los adolescentes se estrelló detrás de ellos. No tuvieron ni que voltearse para ver lo que había sucedido, ya que al instante se oyeron gritos de dolor de los vampiros que los perseguían. Inmediatamente, se pusieron en guardia y entre el resto de vampiros que quedaban, apareció aquel Cuarto Progenitor.

-Me preguntaba por cuanto tiempo más ibas a fingir...-dijo. Pero Meri no le contestó.-No me importa, te mataré.

El Progenitor se lanzó hacia ella, pero esta lo esquivó. Incluso siendo también un vampiro, aquel hombre era más habilidoso que ella, lo mejor, era esquivar lo que podía y atacarlo cuando tuviese la oportunidad. Para ganar tiempo, Krul se encargó de eliminar a los demás vampiros con una fuerza y velocidad asombrosa, digna de la verdadera reina.

-¡Rápido!¡Muévanse ahora!¿Van a dejarla morir?-dijo Krul, refiriéndose a Meritsa, quien hasta ahora iba arreglándoselas con aquel vampiro, algo sumamente admirable.

-¡No se acerquen!-vociferó el Cuarto Progenitor, produciéndo una ráfaga con su brazo que envió a los chicos y a una no preparada Krul, lejos, quedándo sólo él y Meri.-¡Te mataré!

Antes de que blandiese su espada hacia el rostro de la chica, un sorpresivo ataque hacia su mano derecha hizo volar su espada; a continuación, algo cayó del cielo y interpusó entre ellos dos, liberándo una enorme neblina por la fuerza del impacto y haciéndo que el vampiro retrocediera.

Cuando la neblina se dispersó, reveló a un chico de la misma edad que Yukiteru, de cabello pelirrojo y desordenado y dos brillante ojos negros, que sostenía una especie de hacha con una mano, grande, pero de menores proporciones que la de Mitsuba. Observaba al vampiro con una sonrisa desafiante y algo divertida.

-¿Molestando a mi chica~? Eso no te lo perdonaré.

-¡Maldito mocos-!¡Agh!-se llevó su mano izquierda hacia la que había sido herida.-...¿Mi anillo? ¿Dónd-?

-Lo destrozé-le explicó el chico, después, afligido,desvió la mirada hacia el sol que empezaba a hacerse presente de a poco-Pronto amanecerá. Mmm~¡que problema~!Si no tienes tu anillo morirás quemado~. ¿No es mejor que te vayas?

A regañadientes, el vampiro escapó del lugar. Cuando se fue, Yuki se acercó al niño, que solenmemente hizo desaparecer su hacha entre sus dedos.

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