Se complican las cosas

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-¡Mira, mira!¿Qué tal este? ¿Es lindo, no?-preguntaba insistentemente Mitsuba a una niñita acorralada en la pared.

-S-sí, es lindo...-contestó algo intimidada Meritsa mientras observaba el vestido corto blanco con moños y encaje celeste que la adolescente le mostraba-pero me gusta mucho mi vestido, no es necesario que-

-¡Ah!¿Y este?-la interrumpió Shinoa, mostrándole otro vestido rosa-¡Seguro te quedará muy lindo!

-C-como ya les dije, no es necesario que-

-¡Este!-levantaron victoriosas un vestido negro con volantes negros y rojos-¡Pruebate este!

-Pero ya me hicieron probar decenas de vestidos...

-¡Pero este es el definitivo!-exclamaron ambas.-¡Vamos, vamos pruébatelo!-le dijeron mientras la empujaban "gentilmente" fuera de la habitación para que vaya al baño a cambiarse.

Meri dió unos pasos vacilantes y después se giró a verlas nuevamente con expresión irritada.

-¡Pero es el último!-les gritó.

Las chicas sólo asintieron enérgicamente y le hicieron señas para que se fuera. La niña suspiró y abandonó la habitación; en el camino, se encontró con Yukiteru.

-¡Meri!-la miró sorprendido-¿Donde estuviste toda la mañana? Hace mucho que estoy buscandote.

-Aaah...Shinoa y Mitsuba no han parado de hacerme probar la ropa de niña que han encontrado en algunos baúles y armarios que había en esta casa abandonada, junto con la que se intercambian entre sí los habitantes de este lugar.

-¡Jajaja!¡No han cambiado!¡Parece que vas a ser el nuevo juguete de esas dos, jaja!

-A mi también me gustaría reírme...-contestó Meritsa fastidiada-¡pero no es fácil hacerlo si te tratan como un maniquí viviente!

-¡Jajaja, lo siento! Es sólo que me encanta ver como torturan a los demás-se burló Yuki.

-¡Ya te llegará el momento a ti también! Ahora, déjame pasar, tengo que ir a probarme esto y espero que sea la última vez que lo haga-dijo ella y se alejó de él enojada.

Yukiteru se encongió de hombros y salió de la casa, en la playa, se encontró con Yoichi, Narumi y Kimizuki, los dos primeros sentados en la arena cara al río y el tercero parado arrojando algunas piedras. Al verlos, el niño los saludó con alegría y corrió hacia ellos:

-¡Hola~ chicos~!

Kimizuki se volteó.

-Ah, pero si es el mocoso que entra en casas ajenas...¿que tal?

-¡¿A quién llamas mocoso, jirafa?!-exclamó enojado Yuki mientras tomaba algo de arena y se lo tiraba al adolescente.

-¡¿Qué estas haciendo, enano?!-gritó enojado Kimizuki y lo levantó del suelo agarrándolo por la capucha de su campera blanca, mientras el chico daba inútiles manotazos al aire para liberarse.

-¡Suéltame anomalía humana! ¿Quién te creés que eres?

-Ya, ya los dos-trataba de calmar la situación Yoichi-Bájalo Kimizuki-kun, es sólo un niño.

-¡Un niño muy malcriado y llorón!-le contestó, levantándo aún más al niño y juntando sus frentes mientras este le gruñia y echaba espuma por la boca

-Baja al mocoso-intervino Narumi-a esa distancia puede morderte y a lo mejor tiene rabia.

Yukiteru iba a dar una respuesta mordáz pero Kimizuki lo bajó de golpe e impactó en el suelo.

4 MesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora