La oscuridad de Evans

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Bueno, ponganle onda, él de la imágen no es Evans (creo que es Karma), él tiene ojos negros, pelo un poco más despeinado y otra ropa (creo que lo más parecido son los guantes, pero los de Evans tiene los dedos libres)pero Wattpad no me deja poner la imágen de él, así que me voy a tener que conformar con esto.

Este va a estar centrado un poco más en Angélica y Evans, sobre todo en este último, prometo y esta vez JURO sobre la luz de la lamparita que me ilumina que el próximo cap estará más centrado en Angélica y sobre todo en las ships, que hasta yo estoy extrañando escribir de ellas, pero sino voy a estar años acá sentada escribiendo este capítulo y como que no tengo muchas ganas.

Así que para ser corta, para los que no le interesa ni un poco Evans esto puede que resulte un bodrio.

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Angélica cerró la canilla del agua y salió de la ducha, envolvió su cuerpo en una toalla y se sentó frente al tocador de su habitación para secarse el pelo. Su cabello era largo hasta la cintura así que secarlo era una tarea tediosa, pero le disgustaba más tenerlo mojado. Cuando al fin acabó, llevó su mano hasta donde creía que estaban sus amadas cintas negras pero...¡¿Dónde estaban?!

Se agachó para revisar bajo el mueble, probablemente se le habían caido, sin embargo no estaban ahí;recorrió la habitación con la mirada, revisó bajo su cama, incluso volvió a meterse al baño y mirar dentró de la bañera pero no las encontró. Sentía como un nudo iba formándose en su garganta y como su labio inferior comenzaba a temblar ¡no podía perderlas!

Sin importarle que solamente llevaba puesta una toalla, salió apresuradamente de su habitación a pedirle ayuda a alguien; pasó tan rápido por el comedor que no notó que allí mismo se encontraban Yuki, Mitsuba y Yuu merendándo. Los adolescentes se quedaron sorprendidos por eso y el niño se encontraba petrificado con la taza en su mano.

-Ahí va mi último rastro de pureza...-comentó Yukiteru serio, cuando se recupero del shock.

Angélica continuó corriendo y buscándo con la mirada a sus cintas, hasta que sin querer, chocó con un cuerpo de su mismo tamaño,levantó la vista y vió que la víctima había sido Evans.

-¿A-Angélica?¿P-Por qué estás así vestida?-tartamudeó algo sonrojado-Meri se va enojar...

-¿Por qué?

-Bueno...sabes que Meri es muy pudorosa, seguramente no querrás que corras por ahí...así.

-¿Hay algo que tenga de malo?-Evans la miró sorprendido, pero ella lo ignoró y continuó-¡Como sea, ayúdame a buscar mis cintas negras!-aferró sus manos a su pecho y se acercó a él-¡Por favor, Evans!-rogó con los ojos llorosos.

Guau, evidentemente esas cintas significaban mucho...

-Esta bien, te ayudaré, no llores-le sonrió y le secó el borde de uno de sus ojos a pesar de que ella protestó diciendo que no estaba llorando- pero primero...por favor,ponte algo de ropa, es incómodo-le dijo, apartándo la vista.

En el camino se encontraron nuevamente con Yukiteru, quien apartó la vista al instante.

-¡¿Por qué estás así, Angélica?!-la reprendió.

-Salí apurada.

-¡No es excusa!

¡Ahora hay algo más importante que mi cuerpo!¡Ayúdanos a Evans y a mi a buscar mis cintas!

-...Lo hago si te vistes.

-¡Por supuesto que me vestiré!

-...Y tampoco lloriquees.

4 MesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora