Capitulo 39

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Pov Anastasia

Vivir con Christian es una experiencia maravillosa, el es tan amoroso con nosotras, tan preocupado no se le escapa ningun detalle siempre esta al pendiente de lo que necesitamos. La vida de pareja es mejor de lo que pensé y el sexo ni se diga solo que en estos últimos días me a entrado la curiosidad o mas bien  miedo al pensar que a Christian le hace falta su antigua vida con las sumisas en ocasiones he recibido azotes que elevan mi libido sexual a otro nivel por increíble que parezca me encanta que lo haga, me fascina que lo haga duro, que me someta a su voluntad mientras me hace suya una y otra vez, que me lleve al limite de exitacion que se detenga y empiece a elevarme otra vez. De solo pensarlo ya siento mis bragas humedas y mi sexo palpita ante la necesidad de sentirlo. Tambien me gusta que lo haga lento que se tome su tiempo para amarme y hacerme suya. Suspiro y muerdo mi labio de solo imaginarlo.

- Yo puedo dar fe y testimonio que ese labio es delicioso,- esa voz me hace sobresaltar y cuando lo miro esta sonriendo, se acerca a mi despacio y me permito disfrutar de lo elegante que se ve vestido de traje y corbata. Hoy lleva puesta su corbata preferida la que le regale para su cumpleaños.- Al parecer te gusta lo que ves.- desabotona su chaqueta, se sienta a mi lado en la cama y besa mis labios castamente.

- Mucho,- le confirmo y el sonrie,- Como estuvo la reunion?

- Aburrida,- hace un gesto de desagrado. Hace una semana lo acompañe a una cena en la que entendí muy poco de lo que hablaban ya que Christian se la paso toda la noche jugueteando bajo mi vestido y cuando me excuse para ir al baño, hice mis necesidades y cuando salí para lavarme las manos el estaba ahí. Solo me dijo que tenia que ser rápido y en silencio. Diez minutos después habíamos tenido sexo sobre el lavado. Hoy no lo pude acompañar porque Iris esta algo ñoñita, la note algo caliente esta tarde y solo quiere estar en brazos y no podía someter a Gail a eso toda la noche.- Iris como esta?

- Hace poco se durmió,- el sonríe.

- Se puede saber en que pensabas cuando llegue? Estabas sonrojada y estabas mordiendo tu labio señal de que era algo bueno o me equivoco?- dice con curiosidad.

- Estaba pensando en nosotros, en lo bien que nos llevamos y complementamos, en si te...- me callo al descubrir lo que iba a decir.

- Si que? Confia en mi nena,- agarra mi mano y me hace mirarlo a los ojos,- Que te preocupa?,- dudo al decirle y si eso le trae recuerdos y quiere volver a ese mundo, niego ante esa idea y suspiro.

- Pensaba si te hacían falta tu antigua vida,- el levanta una ceja sabe a que me refiero pero prefiere que sea yo quien lo diga.- No extrañas ser dominante y esas cosas?,- bajo la mirada y miro donde están nuestras manos unidas. Posa su mano en mi barbilla y me obliga a mirarlo.

- No me hace falta nada eso. Después que llegaste a mi vida eso quedo en el pasado,- me explica.

- Pero a veces me azotas y me sometes,- susurro.

- No te gusta que lo haga?.

- Si me gusta,- susurro y el me mira sorprendido.

- Que tanto?- dice con voz ronca.

- Demasiado, eso me lleva a otro nivel,- su mirada se oscurece, traga en seco y luego exhala aire.- Solo que a veces siento que no es suficiente que te contienes. Me gustaría saber de que se trata.

- Anastasia no se si...

- Ese es mi miedo Christian que no lo hagas conmigo aunque lo desees y busques a otra persona para satisfacerte,- ahora me mira molesto.

- Eso nunca va pasar Anastasia. Yo te amo y nunca te engañaria siquiera con el pensamiento,- me dice.

- Pero yo quiero hacerlo,- hago un puchero, el niega y sonríe aunque noto en su mirada que no esta muy convencido.

El SucesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora