Semana de las elecciones del 20D, Madrid, Moncloa, despacho de Rajoy
Nuestro amado héroe mandarino había decidido acudir a la citación de Rajoy. No estaba seguro de que fuese la decisión más sabia, pero Villegas le había convencido. Albert nunca sabía a qué ojo mirarle cuando hablaba y en medio de la confusión había aceptado. Así que allí estaba, delante del Trono de Hierro ocupado por el Cabeza de Familia de la Casa Gaviota.
Rajoy no se molestó en mirarle, ni siquiera en saludarle. Continuó leyendo el Marca hasta que a su lado Soraya le susurró que tenían visita. Rajoy levantó la mirada del Marca con desdén y comenzó a hablar sin darle a Albert la oportunidad de pelotearle.
-A ver, Naranjito de losh cojonesh, ¿qué te creesh que estásh haciendo?
Albert fue a responder, pero Mariano, con su astuta mirada de gaviota detrás de las gafas, no le dejó.
-No abrash la boca para sholtar shuciash mentirash -el líder Popular (que de popular no tenía mucho realmente) hizo una pausa dramática antes de continuar-. Shé lo que eshtásh haciendo.
El naranjito supremo abrió los ojos. ¿Había descubierto Marianico el Cortp sus malvados a la par que heróicos planes para matar a Garzón? No podía ser, lo tenía todo calculado. Tenía la mini catapulta oculta en unos arbustos cerca de la sede de Izquierda Unida y lo único que le faltaba era escaparse un rato de la sede de C's para ponerla apuntando al despacho de Garzón. Incluso había contratado a varios ingenieros para que los proyectiles pudiesen describir una parábola perfecta hasta el entrecejo de Garzonete.
No, definitivamente no podía ser.
-¡Shé que eshtás intentando conshpirar con los rojosh izquierdoshosh faccioshos proetarrash para robarme votosh! -Mariano rompió a llorar desconsoladamente-. Albert, hijo mío, ¿cómo hash podido?
-¡No Mariano, estás equivocado, nada más lejos de la realidad! -intentó defenderse Albert, honrando su honor de español de centro. Quería contarle a Mariano sus planes para librarse de Garzón. Seguro que el líder supremo podía echarle una mano, pero no quería confesar que el único motivo por el que quería hacerlo era para que no le robase el amor de senpai.
-¡Mientesh! -gritó Mariano, arrojándole el Marca a la cabeza-. ¡Albertito malo! ¡Devuélveme mish votosh!
Albert iba a replicar cuando, de repente, Soraya le puso una mano en el hombro a Rajoy y comenzó a hablar con un tono misterioso, así como de bruja zíngara.
-Espera Mariano, creo que el mandarino este todavía puede sernos de utilidad...
CONTINUARÁ...
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Albert Simulator
FanfictionAlbert Rivera es un yandere que nunca ha tenido sentimientos pero cuando descubre a Pablo-senpai todo cambia. Por desgracia Pedro Sánchez también está interesado en el apuesto líder de Podemos y piensa declararse antes de que acabe la semana. Albert...