Parte 5

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Las horas volaron el jueves antes de que Joonmyun se diera cuenta, y todavía estaba intentando meter una bola de ropa a presión en el armario cuando tocaron a la puerta. Con la llegada de octubre había empezado a refrescar, y Jongdae llevaba un enorme jersey gris con pantalones muy ajustados, un gorro verde fluorescente y el pelo liso y suave, no como Joonmyun lo había visto en Inkigayo.

—Hola, hyung —dijo, y levantó una bolsa de plástico—. He traído la cena.

—Solo son las siete —replicó Joonmyun, y se hizo a un lado para dejarlo pasar.

—Bueno, quizá sea un aprendiz muy lento y te retenga hasta altas horas de la noche. Es mejor ir sobre seguro —le respondió, guiñándole un ojo, y Joonmyun se puso tenso automáticamente. Era demasiado joven para tanto estrés. Iban a empezar a salirle canas.

—Cenaremos primero, entonces. Vamos a la cocina. ¿Qué has traído?

—¡Ramyun! Lo tengo prohibido en la dieta —dijo Jongdae—. Así que he pensado que hoy era el momento idóneo, ahora que he conseguido quitarme a Baekhyun de encima.

—¿Estás a dieta? —preguntó Joonmyun, mirando sorprendido la complexión delgada de Jongdae—. ¿Por qué?

—Por si acaso —dijo, dejando el ramyun sobre la encimera y cogiendo el cazo que le tendía Joonmyun—. Aunque con todo lo que tengo que moverme durante el día no tiene mucho sentido, pero saben cuánto me gusta esta basura, así que supongo que tienen sus motivos.

—Bueno, hoy puedes comer tranquilamente. Yo no diré nada.

Prepararon el ramyun en silencio, lo único que se oía era a Jongdae tararear las canciones de su último álbum. Joonmyun sabía que estaba funcionando muy bien, había vendido decenas de miles de discos si le sumaban las reservas, ya tenían planeado un repackage y pronto empezaría una ronda de fansigns, así que las cifras no harían más que aumentar. Era un buen álbum que se merecía ese éxito. Jongin lo adoraba: parecía que lo que al principio había sido un seguimiento estricto «solo para asegurarse de que estaba al corriente de todo lo que pudiera afectar a Joonmyun, ya que él era un inválido de las redes sociales», lo había convertido en un fan acérrimo de Chen. Joonmyun también lo había acabado comprando en formato digital, y lo había escuchado mucho esa semana, para acostumbrarse a la voz de Chen; cosa que no le resultaba nada fácil, por cierto. Era una voz especial, que despertaba emociones. Joonmyun también se había preguntado de nuevo cómo era posible que alguien como Jongdae no hubiera triunfado de inmediato por sí solo.

—Hyung, ¿cómo vamos a hacerlo?

—¿Cómo? —dijo Joonmyun, al que la pregunta le había pillado distraído.

—Lo de ensayar. —Jongdae cogió un puñado de ramyun directamente de la olla y se lo llevó a la boca sin soplar. Al momento, empezó a emitir quejidos porque debía de sentirse como si masticara lava, pero consiguió tragar ante la mirada divertida de Joonmyun, y siguió con voz dolorida—. ¿Tienes algún... método de actor, o algo?

—Toma. ¿Por qué te lo comes si sabes que está ardiendo? —Joonmyun le tendió un vaso de Coca-Cola—. La verdad es que sí he pensado en un método. Es un poco complicado, pero a mí me funcionó muy bien en la universidad. ¿Conoces el sistema Stanislavski?

—Por supuesto que no —respondió Jongdae, bebiéndose el refresco de un trago.

—Se trata de un método basado en la relajación y en la memoria sensorial. Descubriendo la base sensorial del trabajo que tenemos entre manos, podemos memorizar sensaciones en un ambiente relajado y trabajar a partir de las mismas para evocarlas cuando nos encontramos bajo más tensión.

te tengo y no [suchen/fake dating!au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora