lane boy · josh dun and tyler joseph

Hope

Perezosamente saqué una de mis piernas de la cama y después la otra. Me dirigí al baño buscando en mi cabeza la respuesta a la pregunta ¿cuántos días más tendré que levantarme pronto?
Luego me senté en el retrete echando cuentas "si hoy es veinte de Octubre... Dos meses, solo dos meses para navidad". Después suspiré con mucha ansia y volví al dormitorio para vestirme. Tenía tanto sueño que ducharse ese día era algo que ni entraba en mis planes. Aun así intenté con todas mis fuerzas disimular que la ducha no había constado en mi lista de tareas diarias y me coloqué unos vaqueros azules ajustados y una sudadera gris que era cinco tallas más grandes que yo. No era precisamente la feminidad lo que buscaba para ir a clase, ni mucho menos ir guapa. Me retorcí el pelo en un moño tremendamente mal hecho y me metí en la cocina arrastrando los pies. Saqué una taza y tuve un debate interior entre satisfacer mi sentido del sabor, o no quedarme dormida en clases. Al final ganó el café, a pesar de que su sabor me producía arcadas.
Luego miré el reloj, me puse las deportivas y salí por la puerta. Apenas me había mirado al espejo, pero me preocupaba bien poco lo hinchados que llevase los ojos de haber estado llorando más horas que durmiendo.

- ¿Mala noche, eh? - Billie me miró con una mueca.

- Mala noche, es lunes y ayer Justin me dejó plantada en medio de Taco Bell porque, según él "no somos compatibles" - dije con ironía y luego añadí - y además tuve que pagar la cuenta yo...

Subió su ceja y rió unos segundos.

- ¿Hablas enserio? Ese tío es un imbécil - tocó mi hombro.

- Ya me lo avisaste antes de que saliera con él - suspiré - bueno, qué se le va a hacer...

Me vi interrumpida por el estruendo de la puerta del autobús. Subí los peldaños detrás de Billie y mientras pagaba su billete me acerqué a ella a la luz del conductor y le observé la mejilla.

- Tampoco es que tu relación sea la mas sana - dije con rabia.

Mordió su labio y se ocultó un poco.

- Yo estoy bien, a veces no hago las cosas bien, es solo eso...

Cada vez que hablábamos de ese tema yo acababa enfadada.
Llevábamos siendo amigas desde que tenía uso de razón y por ende sabía que no merecía nada a ese estúpido machista abusón. Hablé con ella miles de veces para que dejase la relación tan tóxica, pero no se cómo lo hacen esos malditos bastardos para que te quedes tan enganchada... Así que decidí no discutir el hecho de que sintiera que merecía esa herida. Se sentó en el asiento de la ventanilla y se puso los cascos. Yo saqué un libro malísimo de esos que la gente a la que le gusta leer nunca jamás habría comprado y comencé a releerlo por enésima vez.
Veinticinco minutos después ya estábamos de camino, ella a su trabajo y yo a mi escuela de Arte.

- Se que no tienes ni idea de arte pero estoy muy frustrada - dije mientras aumentábamos el ritmo, siempre íbamos justas de tiempo.

- Ese tipo de arte no es lo mío -rió leve - Veamos, ¿que ha pasado?

- ¿Te acuerdas que te conté que mi profesor de Fundamentos del Arte tuvo un accidente? -pregunté sin pretender una respuesta - Da igual, mandaron a un sustituto que no tiene ni idea de arte.

Rió.

- ¿Bromeas?

- No, al parecer el tío estudió historia de la música, es profesor de piano o algo así - dije frustrada.