lane boy · josh dun and tyler joseph

Hope

Habíamos salido a comprar con la lista de cosas que quería mi madre. Estaba en el pasillo de los vegetales cogiendo unas bolsas de hierbas y y frutas. No habíamos hecho más que llegar al supermercado y Tyler ya me estaba pidiendo que nos fuésemos.

–¿Pero qué tienes que hacer tan importante para meterme tanta prisa? –pregunté cruzando de pasillo.

- No tengo prisa por hacer nada, solo no soy fan de r a hacer la compra - aclaró.

Entramos en el pasillo de los dulces. Cogí una bolsa de magdalenas.

–¿Y si te dejo que cojas lo que quieras de este pasillo?

–Entonces sí - casi corrió hacia los cereales para coger Lucky Charms

–Eres adorable –reí cuando volvió–. ¿Quieres que acabemos antes?

–Uhm... Sería interesante, ¿Que propones?

Cogí la lista y la partí en dos.

–Toma, coge –le di la otra mitad.

–Está bien - suspiró y se perdió en los pasillos.

Acabamos mucho antes de lo previsto, pero cuando llegamos a la cola de la caja nos tocó esperar vida y media. Tyler se había abrazado a mí por la espalda, con la barbilla en mi hombro mientras esperábamos.
Después de pagar, metimos las cosas en el coche y volvimos a casa con las bolsas. Mi madre estaba haciendo un pastel y mi padre la estaba ayudando. Dejamos las bolsas en la encimera.

–¿Eso es para esta noche?–pregunté.

Mi madre me miró y besó la cabeza de Tyler que estaba sentado metiendo la mano en la caja de Lucky Charms.

- Si cariño, todo para esta noche, vienen Erick y Lizza.

–Genial –dije sacando cosas y empezando a colocar–, ¿vas a hacer de cenar lo que dijiste ayer?

- Si - asintió.

- ¿El qué? - preguntó Tyler con cereales en la boca.

–Ternera - sonrió mirándole.

–Pero deja eso –le quité la caja–, o no vas a cenar.

–¡Claro que ceno!

Guardé la caja en uno de los muebles y agarré su mano.

–Vamos a prepararnos.

–¿Después saldrás Hope? - habló mi madre.

–Sí, hemos quedado con Josh y Billie para ir de fiesta.

Asintió.

- Ven Tyler - se acercó a él dándole a probar un poco - ¿Que te parece?

- Delicioso Edna - sonrió y tiré de él.

–Parece que le gustas más a mi madre que a mí –dije fingiendo celos cuando subíamos las escaleras

– Alomejor... - se quedó pensativo

Di un tirón de su brazo para que entrase en la habitación, porque se había quedado parado.

–Voy a conocer a tu hermano, ¿Cuantos años tiene?

–Veintiséis –reí quitándome la chaqueta

–Uf menos mal que es mayor que yo, a ver si me va a agarrar de los huevos

–¿Qué? –reí de nuevo.

Me acerqué a la cómoda para escoger la ropa interior que me pondría después de ducharme.