Durante el resto del día, Hermione experimentó una sensación muy parecida al vacío, a la ausencia. Sentía que le faltaba algo, como si una parte de ella la hubiera abandonado para irse a vagar por el castillo, más precisamente por las mazmorras de slytherin.
Es que con el transcurso de las horas, las palabras de Draco se le gravaban más y más en la memoria, y parecía también que nada ni nadie podía hacer que desaparezcan. Y por extraño que pareciera, a partir de la mención de su cicatriz, esta había comenzado a dolerle de forma intermitente.
Hacia un esfuerzo para que no se le notara, pero cada tanto se refregaba la tela de su túnica contra su piel, que parecía arder bajo mil fuegos. Cada vez que eso sucedía, las palabras del rubio volvían a su mente.
"...debes alejarte de mí...
-Solo trato de ser amable.
...pues no lo seas....
-La guerra ha terminado
...Para mí no..."
Esa última frase fue una condena mortal para la chica. Para él no.
Para Draco Malfoy la guerra jamas acabaría. Nunca lo dejarían en paz, siempre lo harían aún lado, le cerrarían las puertas. Porque para ambos lados seguiría siendo un traidor.
Pero a pesar de eso, Hermione llegó a una conclusión aún peor. La guerra no había terminado para él, porque en realidad el peor infierno, era vivir con sus recuerdos. Cicatrices físicas y psicológicas que llegaban hasta la fibra más íntima. Dejándolo a merced de su propia conciencia y sentimiento de culpa.
Todo eso quedó más que claro para ella, desde el momento en que el pronunció esas palabras cargadas de una tristeza y resignación, que le sobrecogieron el alma.
Debía hacer algo por él. Draco había pasado por situaciones diferentes a las de ella, pero aun así no podía dejar que siguiera culpándose y martirizándose por cosas de las cuales no era completamente responsable y escapan a su decisión. Tal vez dos personas que habían pasado por la misma situación, les sería más sencillo entenderse. Dos víctimas de una misma y cruel realidad. De un mismo dolor.
-Hermy ¿tienes algo en el brazo?-le había dicho Luna cuando vio que se acomodaba la túnica por cuarta. La ravenclaw la observaba con sus grandes ojos azules expectantes.
-No Lu, solo... me he raspado en el herbología- añadió con rapidez. No quería preocuparla a ella, ni a nadie sobre su dolor.
-Si te molesta mucho, podemos buscar una pluma de Tindur, el ave sanadora. Dicen que si la frotas tres veces sobre una herida, esta se cura instantáneamente! Creo que es de la familia del Fénix, ¿Sabes Herms? y es taaan hermosa. Con sus suaves y delicadas plumas azules...-hizo una breve pausa como si pensara en algo genial, y luego continúo entusiasmada- si quieres podemos ir a buscarla al bosque prohibido!
Entonces, Hermione que solo había escuchado el inició de lo que su amiga había dicho, tuvo una revelación.
"...Cura las heridas..."
Su mente volaba a mil por hora, hasta que llego a un único pensamiento. Puro y concreto que se transformó en una sonrisa radiante.
-Gracias Luni! Me has dado una idea estupenda- y sin más salió apurada hacia su habitación.
Luna Loovegod se quedó observando como Hermione desaparecía rápidamente. "Seguro fue a buscar una cajita para poner las plumas del Tindur", pensó.
Entonces se percató de que todos sus compañeros ya no estaban en el corredor, y trotando se fue hacia su clase de Encantamientos.
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Un Tiempo
FanficLa guerra cambió todo, y a todos. En su último año Harry, Ron y Hermione deciden regresar a Hogwarts. La situación en la escuela es difícil y ninguno es el mismo, ni siquiera el gran Draco Malfoy. Una última oportunidad para recuerdos, encuentros y...