Una sola palabra y miles de fanáticos. Desde los seguidores más auténticos, hasta los simples mortales que se alegraban brevemente cuando su equipo anotaba algún punto.
No importaba cuantos, pero la realidad era que cuando decían Quiddich, todo el castillo se revolucionaba. Transformado en la sede de una antigua competencia, todos querían que su casa fuera la ganadora. Y por supuesto que son las competencias sin las apuestas.
Ese sábado comenzó frío y nuboso, descubriendo un campo de Quiddich en rojo y verde.
Griffindor contra Slytherin. Leones contra serpientes.
Un chico rubio estaba recostado sobre los guardarropas desde temprano, con su uniforme verde y la escoba Nimbus 3000 en su mano derecha. Miraba por la ventana, como el sol disipaba la neblina y lo bañaba entero de una luz radiante.
Granger, esta vez te pasaste-meditaba Draco para sus adentro con una leve sonrisa en su rostro, recordando los sucesos de la noche anterior. Parecía que esa pócima en verdad era de efecto rápido, su antebrazo estaba casi curado y las cicatrices habían desaparecido. Hasta la marca tenebrosa parecía haber perdido su oscuridad tan característica, tornándose en un negro grisáceo.
Miro allí donde ocultaba su mayor vergüenza, y trato de analizar las cosas fríamente. Había sido un buen gesto por parte de ella, eso era todo ¿verdad? ¿O quizás la castaña intentaba decirle algo que él no entendía?
Las palabras que Thomas Smith le dijera el día anterior ahora regresaban a su mente, y él sacudió la cabeza para alejarlas.
Nunca. Jamás compartiría sus vivencias con la griffindor. Ella no podría entender, y él no sería tan vulnerable como para mostrarle su sufrimiento. Lo mejor era llevar el peso del dolor en silencio...y en soledad.
Malfoy ¿Qué rayos haces aquí?- Alex Krusley lo miraba con evidente molestia desde la puerta del vestuario.
-Vengo a jugar, Krusley ¿Qué acaso no lo ves?-le contestó con sorna incorporándose rápidamente. Cambió de mano la escoba, guardándose la derecha en el bolsillo, buscando su varita. Al tenerla entre sus dedos la apretó con fuerza, esperando el momento de enfrentarse con el slytherin.
-Tú no jugarás más con nosotros, Malfoy. Ya no nos sirves para nada.- su contrincante esbozó una sonrisa maliciosa e irónica, y entró lentamente, mirando al ex mortifago con un odio mortal.
-Así que ya no les sirvo para nada...-Draco hizo un pausa y fingiendo meditar en sus palabras. A continuación acortó la distancia entre él y la serpiente, y le espetó.
-¿Quién te crees que eres, Krusley? Acaso piensas que tú decides quien juega y quién no. La verdad tanto tú como tu equipo de mala muerte me dan pena, sino hubiera sido por mí los años anteriores nos abrían aplastado como cucarachas.- Parecía haber esperado ese momento por meses, quería descargarse con alguien, y quien mejor que ese imbécil para hacerlo.
-Yo no renuncié a este puesto, y no pienso hacerlo ahora. Además dime ¿Quién va a reemplazarme? ¿Flint, Sarkreft o el ridículo de Nott? – entonces soltó una sonora carcajada y mirando a su compañero le dijo con voz clara y concisa.-Tú no tienes a nadie más que a mí.- terminó esbozando una sonrisa arrogante y de autosuficiencia. Pero entonces, aquello que parecía una batalla ganada, se dio vuelta y el slytherin contraatacó.
-Nadie te quiere en el equipo Malfoy. Eres un maldito traidor, un débil. Decidiste no defender la causa ni por el honor de tu casa, ni por lo que tus propios padres deseaban. Eres una rata asquerosa y...
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Un Tiempo
Fiksi PenggemarLa guerra cambió todo, y a todos. En su último año Harry, Ron y Hermione deciden regresar a Hogwarts. La situación en la escuela es difícil y ninguno es el mismo, ni siquiera el gran Draco Malfoy. Una última oportunidad para recuerdos, encuentros y...