Inoportuno

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Tuve un sueño extraño, no sabría decir la magnitud de rareza porque en realidad no me acuerdo. Pero lo que sí sé es que Castiel y Lysandro eran rivales, que se odiaban en silencio y por más que luchaba con mi cabeza en recordar el por qué... Mi mente se había nublado.

Con esa pequeña inquietud, comencé a vestirme y no había descartado que; Castiel seguía molesto por alguna extraña razón. Ojalá Priya le haya hecho escupir todo porque al revisar mi celular, no encontré ninguna respuesta de parte del mimado pelirrojo.

''¿Qué demonios pasa contigo... idiota?''

Fui sola al instituto, con el corazón ardiendo de coraje y pidiendo a gritos; que se resuelva este problema de una buena vez.

Luego empecé a tranquilizarme y llenando aquel tanque vacío de optimismo, Castiel es también una persona preciada para mí y estaba dispuesta a darle mil bofetadas con el propósito de que reaccionara, yo sí lo haría. Y claro, estaba Lysandro y el hermoso beso de despedida hace un día atrás. ''No te ilusiones...'' sin embargo, me advertía mi subconsciente.

Finalmente me encontré delante de la inmensa puerta y solté un suspiro. Cuando entré, la chica quien no me caía mucho salió a recibirme; nada menos que la delegada del salón. La miré abriendo los ojos como platos, pero al parecer ni se inmutaba; la castaña llevaba un fólder lleno de papeles de colores en la mano y me los entregó. No pude zafarme de su presencia.

- Tienes que ayudar con la decoración del salón.

- ¿Me imagino que habrá alguna recompensa verdad? - hablé con sorna, pero a la delegada le sudaba todos mis gestos.

- Claro, los profesores te subirán puntos en el examen. Pero tienes que esforzarte ¿Vale? - habló muy sonriente e ingenua que por un momento sentí compasión por ella. Luego recordé que se ganaba el primer premio a la más hipócrita del salón que deseché mi buena opinión que tenía sobre ella. Aunque claro, Ámber le llevaba años luz - Ya se lo he dicho a Priya.

- Está bien Melody, todo esto está en buenas manos.

- Sabía que podía contar contigo - dijo muy sonriente y se fue. A sus espaldas le hice muecas muy graciosas, bien sabía yo que la castaña estaba fingiendo.

Muerta de hambre, caminé hacia la cafetería intentando despejar todas mis preocupaciones con respecto a Castiel. Ah y claro, su supuesto estado de romance que ni siquiera a sus amigas les contaba. Aún me dolía que no me tuviera la confianza para que lo hiciera.

Sin embargo hubo alguien que me alegró por mucho ese momento y no era nada menos que mi buen amigo el albino, Lysandro Ainsworth ''El de los ojos y la sonrisa más preciosa del mundo''.

- Buenos días preciosa - habló la dulce voz varonil.

- Sabes he soñado contigo - le dije mientras me servían mi malteada de frambuesas.

- ¿Oh enserio? - habló el albino comenzando a soltar pequeñas risitas y por alguna razón me sonrojé (Como siempre)

- Pero era muy raro sabes, tú y Castiel se estaban peleando por alguna razón.

- Apuesto a que era por algo muy importante - me dijo y me guiñó el ojo, entonces me puse más roja de lo normal.

- ¿Qué demonios e-estás pensando? - pregunté un tanto fastidiada, pero Lysandro comenzó a reírse un poco más con su voz cantarina que ascendía como campanillas. Ante esa melodía tan meliflua, me dejé llevar por aquella corriente de sus ojos bicolores.

- Ya no te preocupes por lo de Castiel, tarde o temprano lo soltará. Es más cercano a ustedes que al resto del salón - me sorprendió lo bien que analizaba cada situación y agradecí por tenerlo a mi lado. Entonces partí mi pedazo de sándwich y se lo puse en la boca, el albino comió con más gusto y yo no podía hacer más que rebozar de felicidad.

[Fanfic CDM] Hilo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora