Todo sigue como antes entre Harriet y Nayell.
Eso es ser mejores amigas, a pesar de contarse cualquier cosa, su amistad no cambiara.
Ahora ambas están en la cafetería de la escuela, riéndose fuerte y olvidándose de todo por un momento.
Sin embargo ambas sienten que algo les falta.
"¿Vendrás a mi casa el sábado?" Pregunta la rubia a Harriet, cambiando un poco el tema.
"Ya te dije que sí hermosa" dice la mayor, sonríe amplio y aprieta las mejillas de Nayell entre sus manos.
La rubia está ruborizada y su corazón late fuerte, sabe que la mayor suele decirle esas cosas; pero simplemente nunca se acostumbrara, nunca será suficiente.
Por qué la castaña es hermosa y Nayell quiere todo de ella.
Y luego la rubia se aparta de la castaña y dice "perra" mientras acaricia sus mejillas y frunce el ceño para Harriet.
"Perras" dice la mayor y le muestra su meñique, los entrelazan y sonríen.
Y todo estará bien en su relación a pesar de todo.