"Podríamos ir a algún lugar o algo" sugiere la rubia esa tarde, están en casa de Harriet, acostadas en el sofá, viendo un programa de televisión aburrido.
Nayell nota como el cuerpo de la castaña se tensa a su lado y gira a verla, toma su mano y la castaña parece incómoda con ese roce.
"¿Tomaras de esta manera mi mano?" Pregunta Harriet y la rubia de inmediato la suelta, frunciendo el ceño y preguntado, "¿a que te refieres? Antes siempre solíamos andar por allí de la mano".
La castaña suspira y responde, "hermosa, antes no teníamos esto que tenemos ahora, es, huh, incomodo" la castaña muerde su labio, esperando que la chica a su lado no lo tome tan mal, pero oh vaya, Nayell nunca había estado tan enojada antes.
Y es razonable, Harriet se ha pasado las últimas semanas besándola a escondidas y luciendo como si nada en público. Todos tenemos un limite.
"Bien, no te incomodo más" menciona la rubia y comienza a tomar sus cosas y Harriet está allí, sentada, mordiendo su labio y sin saber qué hacer.
Simplemente no está lista para que la gente la catalogue como lesbiana, esto que tiene con Nayell es hermoso, pero no puede, siente vergüenza.
Así que deja que la rubia termine lo que este haciendo y salga de su casa dando un portazo.
Sus ojos pican y pronto comienza a llorar, no puede evitarlo.
Y su llanto incremente cundo su celular suena a su lado y lo toma entre sus manos, leyendo el texto que acaba de recibir:
"Búscame cuando el amor que sientas por mí sea más fuerte que todas esas mierdas que se que tienes en la cabeza. Para de mentirte a ti misma y solo acéptate."