Despues de duras investigaciones, el científico Ruffter Waller descubre lo que esta pasando en todo el mundo y lo que el gobierno, los militares y su mas fiel compañero le ocultan. Aparte de encontrar sus respuestas también encuentra un equipo el cu...
El perro de los vecinos me ladraba mientras que me perseguía, mi fisiología delgada y mi hiperactividad infantil me permitieron correr más deprisa. Aquel gran pastor alemán no llegó a morderme. Al momento vi como mi madre me llamaba desde la puerta de casa agitando las manos, cuanto más que me acercaba más miedo tenía. Llegué a la parte delantera del jardín y mi madre con su rostro pálido me dijo: Venga cariño entra en casa, tu padre acaba de llegar. - ( me despierto de golpe, con el rostro tembloroso y sudoroso) Aahh.....uff...a sido, sólo un mal sueño. Después de mi despertar tan violento aparte las sábanas hacia la izquierda de mi cama; mi puerta permanece cerrada y yo incorporó mi torso boca abajo, recogía el móvil del suelo, que debió caerse cuando dormía y al momento la puerta se abre dejando pasar un montón de luz y cegando me por completo por culpa del ventanal que hay en el pasillo, y mi madre entra empujando mi silla de ruedas y ayudándome a cambiarme. Poco después, salgo de mi casa con el desayuno aún en la garganta y con mi mochila en la parte trasera de mi silla me dirijo a j la Universidad. Pasando por las calles me encuentro un camellón, en el cual veo como una pobre mujer está siendo atracada por un hombre sosteniendo una navaja, no paro ni un segundo y sigo sin mirar atrás. En cuanto llegue me reuní con mi mejor amiga, una chica un tanto peculiar. Ella es Nadia Jiston. Aquella chica siempre me ayudaba, era lo que completaba mi mundo. Aquel día en la Universidad un hombre de ropas arapientas le paró para hablar con ella, y yo en mi silla de ruedas contemplaba con seriedad la situación ya que podría hacerle daño en cualquier momento. Por suerte el huyó al oír a los policías venir hacia nuestra posición.
Varias horas después salimos los dos de las clases y directamente nos dirigimos ha nuestras respectivas casas. Nadia decide acompañarme un cacho, cuando nuestras desconectaban fueron realmente reactivadas directamente por un gran terror producido por el mismo atracador del callejón, al ser muy observador puedo ver que ya no utiliza navaja sino una pistola negra por la parte de abajo del cañón y plateada por encima. Sus ojos marrones oscuros y su pelo corto y rapado da el aspecto de un chico de nuestra misma edad, sobre unos 20 o 25. Nadia pegó un salto al ver que apareció repentinamente de la esquina de la calle por donde suele encontrarse. Nos amenaza con dispararlos sino le damos todo el dinero que llevemos encima, yo me reveló ante su patética amenaza y el se enoja aún más. Me vuelca de la silla tirando me al suelo y disparando me en una pierna. Provocándome una gran hemorragia indolora. Mientras mi sangre salia lentamente y mi conocimiento se iba desvaneciendo veía como aquel tipo intentaba atracar a Nadia, cuando llegue al punto de quedarme en shock oí otro disparo y quede inconsciente de la situación. Desperté en una camilla blanca y con una mascarilla que me suministraba aire, giraba mi cabeza con mucho pesar hacia ambos lados de la habitación y al parecer aquellos movimientos llamaron la atención a alguien que se encontraba en frente de mi camilla. Al ver que se levantaba impacientemente y se acercaba a mi poco a poco me fui dando cuenta de que era Nadia la que se encontraba allí conmigo.
Después de tres largas horas salimos del hospital con un gran vendaje en mi pierna derecha y con otro en mi antebrazo por la zona de las venas indicándome que me hicieron una transfusión de sangre. Me sentía cansado pero estable y mi curiosidad comenzó a salir ; velozmente pregunté por lo que pasó después de que yo me quedara inconsciente. Ella lo único que me dijo fue que consiguió librarse del disparo y con ello noquear al hombre provocando una huida mientras que ella sacaba el móvil para avisar a una ambulancia. Cuando por fin llegue a casa gracias a Nadia, entre y mi madre permanecía en la cocina preparando la cena, al parecer no se enteró de lo de esta tarde. Lo cual me alivia.
Entre en la cocina y saludé a mi madre, repentinamente me dirigí hacia mi habitación lamentablemente mi madre me paro dando una orden pero muy ilusionada, al darme la vuelta ella me ofreció una botella de una sustancia verde la cual según ella decía que podría curar cualquier cosa. Sobre aquella afirmación yo replique descaradamente: - Mamá, !dejalo¡ - Lucas, cariño, con esto podríamos curar tu parálisis y poder devolverte las piernas - ( En ese momento mi cabreo aumento e hice algo que hoy en día me arrepiento) Sigues siendo tan inocente como cuando conociste a papá, aún sigues creyendo en la esperanza de que algún día cambie y deje de vender droga pero, desgraciadamente te equivocaste provocando que tu único hijo quede paralítico por puñetero psicópata. Ahora tratas de arreglarlo con algo que ni tu sabes lo que es. El rostro de mi madre cambio y sus ojos azules empezaron a humedecerse, se dio media vuelta y dejó el frasco encima de la encimera de granito pulido. Su rumbo dio hacia sus cuarto, subiendo las escaleras. Me di media vuelta y me sentía muy mal por dentro, por lo que decidí tomarme aquel frasco de color extraño.
Pasaron dos horas, y mi madre no bajo en ningún momento, decidí cambiarme el vendaje de la muñeca y al quitármelo mi pinchazo ya no estaba. No me sorprendió con lo que me baje un poco los vaqueros con la intención de cambiarme el vendaje de la pierna para evitar infecciones y tampoco había nada. Recordé las palabras de mi madre y podría ser cierto, con lo que me fui a la cocina apoye mis manos en la encimera e impulse hacia arriba todo mi cuerpo, la silla se fue para atrás y yo me quedé de pies sin ningún problema. Alce mi mano para coger el bote de palillos y extraer uno para pinchar mis piernas y fue sorprendente que si sentía dolor. Había recuperado mis piernas.
Torpemente corrí y subí las escaleras de mi casa llegando a la habitación de mi madre y abriéndola con mucha ilusión y con la intención de hacer las paces, lo malo que al entrar... un bote de pastillas abierto permanecía volcado sobre de la mesilla y mi madre muerta por una sobredosis de antidepresivos. _______________________ -¿ Con que de hay tu súper velocidad interestelar no? - Si, señor Ruffter. - Por cierto, lamento muchísimo lo de su madre. Espero que ella descanse en paz en un lugar mejor. - No se preocupe, seguro que ella está bien. Era siempre muy fuerte y positiva. - Ya veo, bueno señor Gastter ¿quiere pasar a conocer los laboratorios Waller? - Si me encantaría. - Vamos, BlackPoint tu trabajo como súper héroe deberá esperar. - Tranquilo, tengo tiempo para todo.
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