Traidor

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- ¿Cual es tu nombre? Pequeño ser terrestre.
- ¿Por que debería decírtelo monstruo?
- Intento ser amable contigo, ¿acaso no quieres recuperar tus poderes?
- ¿A que coño juegas? Crees que puedes chantajear me.
- Ahora mismo no es que tengas muchas opciones.
- ¿Y que sugieres?
- Puedes morir... O servirme y ayudarme a conquistar tu planeta​, después podrás venir con nosotros o marcharte.
- ¿Quieres que te ayude a matar a mis amigos?
- Sabía que dirías algo así. Llevarlo a abajo y preparar las armas, no ensucies demasiado.
- Está bien, está bien... Te ayudaré.
- Eso no basta para darte tus poderes, solo son palabras. Lo que de verdad importa son los actos.
- Pues sácame de esta celda y te demostrare lo que puedo llegar a hacer.
- Tu misión será localizar donde se esconden esas ratas, irás con vigilancia. De esta manera confiaré en ti para darte los poderes y acabar con tus entrometidos amigos.
- Pero Madrid es muy grande, no los encontraré.
- Por favor, van con un discapacitado y un mono viejo, dudo que hayan ido muy lejos.
- Los encontraré.
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Mientras tanto en la casa derruida donde se alojaban los fugitivos​ pasaban las horas viendo a el mayor científico del mundo chupar los marcos de las puertas. John harto de sentirse inútil decidió tras meditarlo un largo tiempo salir y ayudar a las pobres personas que pasaban de vez en cuando por la calle, transportando grandes rocas. Nadia se impedía ya que arriesgarse de esa manera delataría el escondite donde se encontraban pero Oso no podía ver sufrir así a todas aquellas personas. Lucas de vez en cuando hablaba con Monkie para intentar entretenerse e ignorar un poco su dolor en las piernas. Lucas permanecía callado y sentado en la esquina que  formaban dos paredes que daban a la calle, colocado justo  y en frente de Monkie que estaba al igual que el sentado en el suelo de tarima. Nadia decidió ir a hablar con él cuando vio los retorcijones que daba cuando el dolor aumentaba. Ella se arrodilló para hablar con el aún lado.

- Lucas, ¿estas bien?
- No muy bien del todo.
- ¿En que podría ayudarte?
- Te pediría que fueras a alguna farmacia y me consiguieras unos calmantes, pero viendo la cosa me tendré que conformar con una almohada.
- Ahora te la traigo, "don exigente". Jajajaja. (Se levanta a por la almohada del sofá y vuelve a su sitio)
- Oye, fuiste tú la que me ofreció ayuda, jajajaja.
- Toma, aquí tienes. ¿Te la coloco en algún sitio en especial?
- Debajo de las piernas, por favor.
- ¿Mejor? (Se le queda mirando a sus ojos marrones)
- Si.(El también se queda mirando la fijamente a sus ojos azules)
- Vos...o...tros dos ha...ri...ri...ais buena pa...reja. (Dijo Monkie desde la otra punta de la habitación susurrando)
- ¡¡Monkie!! ¡¡Estas fatal!!
- Nadia no grites. (Dijo John)

Nadia fue a ver a su amigo envejecido, con una larga y poblada barba blanca, sin un pelo morado en su cabello, con una cara llena de arrugas y con una voz temblorosa.

- No me que...da muc...ho de vida... Necesito, que... me hagas... un fa...vor. Llévame con el resto.
- Perfecto, nos dividiremos yo me llevaré a Ruffy para no dejarlo solo y tú ve con Monkie os iré despejando el camino.
- ¿Tu estás bien John? No podemos hacerlo nos pillaran, además que hay de Lucas.
- Por mi no os preocupéis, iros.
- Pero, Lucas...
- Nadia, ahora. ¡¡Vamos!!

Los cuatro héroes salieron de la casa y dieron la vuelta a la manzana cuando vieron que no había ningún enemigo cercano. La nave nodriza se ubicaba en el centro de Madrid en el que no existía ningún edificio, excepto los que rodeaban la zona, allí es donde todos los esclavos transportaban las rocas regulares de gran tamaño con las que construían la estatua de Polonio. Mientras tanto, Bob y el resto tuvo que enfrentar a sus perseguidores. Gypson subciono con un agujero negro a una gran mayoría, el tal Voodoo armado con un hacha se cortaba las piernas y varios Screatles caían al suelo, el simplemente se regeneraba sin problemas.

RAGFOR entro en escena desde lo alto de un edificio y este hizo que Nadia y John tomarán caminos distintos. John intento llamar la atención del lagarto carnívoro para dejar vía libre a Nadia y a Monkie. NeNe sobrevolaba a sus acompañantes que los cuales formaban un gran escuadrón de alienígenas  que detuvo el avance de John y Ruffy, mientras que fueron rodeados por RAGFOR dejándoles encerrados en la calle que escogieron, pero el monstruo escamoso se centró más en alimentarse de los alienígenas mas que de los humanos, provocando una distracción y una salida. Nadia mantenía en pie a Monkie apoyándolo sobre ella pero pese a su efecto de envejecimiento acelerado sus pasos eran demasiado débiles como para salir corriendo. Tras dar un largo rodeo evitando a sus perseguidores llegaron a encontrarse en un cruce con el equipo de Bob y dos extraños individuos. Gracias a la ayuda de Gypson, el cual creo un portal de luz lila, llegaron en pocos segundos a la gran explanada formada por la nave superior donde se encontraba Polonio y como no su fiel seguidor Nicqtshis.

Mientras tanto Oso y Ruffy consiguieron huir del alboroto pero al rato de dar la vuelta a la manzana RAGFOR fue derrotado con facilidad, tras oír como un edificio se derrumba. John agarro a Ruffy y lo poso sobre su espalda cargando así con él para no tardar tanto mientras Ruffy se reía y aplaudía.  Al momento tenían a sus espaldas a varios Screatles cargando con sus hachas y NeNe acompañándolos.

Tras detenerse en aquella explanada, cubiertos por grandes escombros que impedían ser vistos dejaron en el suelo a un pobre anciano con la gran parte de su cabello caído y su pobre estado físico destrozado dijo ante todos los que le rodeaban:

- Cuan...Cuando mue...ra, qui...quiero que me llevéis mi cuer...po a China. Alli os dirí...jireis a el clan Mori Ichi...Ichi...zoku. ichizoku.

De repente la mirada de Monkie se iba desvaneciendo mientras decía su última palabra antes de cerrar sus ojos y cesar su respiración.

- ¡Monkiee! ¡Monkiee! ¡Noooo! ¡Noo! Noo.  (Decía Nadia mientras dejaba caer sus lágrimas sobre el cuerpo de su amigo)
- Tenemos que movernos podrían descubrirnos.
- No te preocupes por eso Voodoo, dejales un respiro.
- Voodoo, Voodoo tiene razón. Debemos movernos.
- Bob, no. No, puedo dejarle aquí. Iros. ¡¡Iros y matar a ese monstruo cabronazo!!
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- Bien Ruffy parece....Parece que llegamos... Ay...Ay. Estoy agotado.
- Aja Aja Aja. Viva, Viva. (Da unas palmas)
- No cantes victoria, aún.

Mientras John recuperaba el aliento mientras observaba a sus compañeros en la lejanía, un gran ejercito les venía por detrás que consigo traía a un traidor.

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