Luego de entrar a mi habitación con dos platos llenos de papas y pollo frito observo al chico extraño y aun incrédula le vuelvo a preguntar.
-¿me lo explicas de nuevo?- digo mientras coloco sobre la mesa de mi cuarto los platos.
- eres rara, puedes ver cosas que los demás no.- repite serio mientras se acerca.
-no...
-si
-NO
-SI
-¡NO!
-¡SI!
-¡OH POR DIOS, ERES UN FANTASMA!
-¡SI! ¿Qué? ¡NO!
-¡ERES UN DEMONIO!- lo señalo acusatoriamente.- eso explicaría lo sádico y lo extraño de tu ropa.
-deja de insinuar que soy un acosador sexual.
-eres un demonio que viene a poseer mi cuerpo.
-oye, eso sonó muy subido de tono.- sonríe un poco.- pero no.
-¡PERVERTIDO!
-yüi despertaras a tu madre con tantos gritos.
-¡ALEJATE DE MI SIERVO DE SATANAS!- camino unos pasos hacia atrás para alejarme de el-tal vez si rezo...- digo para mí mientras ignoro lo que dice.
-ya te dije que no soy un...
Cierro mis ojos, junto mis manos y empiezo a orar. Cuando iba a la mitad de la oración de pronto dejo de oír la voz del chico y con cuidado abro mi ojo derecho ¿funciono? el pervertido ya no se encontraba en la habitación. No sabía si sentirme aliviada de que se haya ido o con terror de que hubiera un muerto en mi cuarto. Separo mis manos y me acerco a la mesa.
-te dije que eso no funcionaría.- me susurran en el oído y un escalofrió recorre mi espalda.
-¡AHHHHHHH!- corro al otro lado de la habitación mientras lanzo una que otra patada al aire.
-te dije que no soy un fantasma.- dice muy relajado.- si quieres podemos hablar después de comer.
.- miro la comida y mi estómago ruge.- bien, pero... aléjate de mí.
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Luego de comer en silencio no me atrevía a ver en la dirección en la que se encontraba el chico, me negaba a aceptar que todo esto estuviera pasando, si soy la única que lo puede ver y no es un fantasma ¿entonces qué clase de ser es? Tal vez sea un amigo imaginario, no eso no, niego inmediatamente con mi cabeza, ya estoy muy grandecita como para tener amigos imaginarios. Me armo de valor para darle un vistazo y noto que ya casi ha terminado de comer.
...
-no, no soy parte de tu imaginación.
-¿¡QUE!?¿También lees la mente?- pregunto sorprendida.
-no.
-¿y cómo supiste?
-bueno, considerando que estas a centímetros de mi e ibas a tocar mi mejilla como si yo no me diera cuenta me supuse que pensabas que te lo estabas imaginando todo.
- oh.- me alejo de él y dejo la comida en la mesa.
-¿te comerás eso?- señala mi plato.
-no.
-¿puedo?- no espera que responda y comienza a comer lo que quedaba en mi plato.
Luego de que terminara de comer yo sigo observándolo desde el otro lado de la habitación y ocasional mente le lanzo uno que otro objeto con la esperanza de que lo atraviese y desaparezca pero eso no pasa, el camina por mi habitación viendo mis revistas, películas, video juegos y aun así atrapa o esquiva cada de las cosas que le arrojo.
-¿jugamos?- pregunta mientras saca de mi colección uno de los juegos de Mortal Kombat, me lo muestra y la mirada se me ilumina.
-¿sabes jugar?- pregunto emocionada.
- pues claro.- dice mientras voltea los ojos.
-ok.- me pongo de pie y prendo la consola, ya no me importa si es un duende, elfo o demonio, por mi puede ser hasta el mismísimo satanás en persona pero si puede jugar conmigo vamos a darle.
Luego de colocar el juego tiro dos cojines en el suelo y le entrego un control al chico.
-quiero aclararte algo.- le digo mientras me pongo cómoda.
-¿Qué cosa?
-no me importa si eres el Malamen o su hijo, te pateare el trasero.- le aseguro.
-ya veremos gritona.
Estaba muy inspirada jugando mientras él lo hacía con seriedad, había elegido a sub-zero y él jugaba con scorpion. Pensé que le ganaría, de hecho estaba a punto de hacerlo pero cuando casi daba mi grito de victoria se le dibujo una escalofriante sonrisa en el rostro y acabo conmigo en menos de un minuto. El juego se detuvo y yo me quede paralizada frente a la pantalla, nunca me habían ganado jugando, tal vez sea porque nunca había jugado con alguien pero de todas formas. Él se pone de pie para tomar algo de agua y yo apago la consola, me pongo de pie y lo empiezo a sacar de la habitación a empujones.
-oye, no seas mala perdedora.
-cállate, ya vete a tu casa.
-¿de verdad me echaras de tu casa a media noche?
-sí, vete.
-para ser tan linda eres muy cruel.
Le doy un par de empujones más y lo logro sacar de la habitación, cierro la puerta rápidamente y le pongo seguro luego me recuesto de ella y me deslizo hasta quedar sentada en el suelo, escucho unos pasos que se alejan y recuesto mi cabeza en mis rodillas, las cuales tengo abrazadas.
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Despierto y me siento muy adolorida, observo mi habitación y me doy cuenta que me quede dormida recostada de la puerta, comienzo a moverme para ponerme de pie lo cual me cuesta un poco gracias a que estoy un poco acalambrada, recojo unos cojines que estaban en el piso y los pongo en su lugar. Miro por la ventana y aun esta oscuro así que me meto en la cama y sigo durmiendo.
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Yüi?
Fantasy¿Qué pasa con todas esas cosas que pasamos por alto? Aquellas que aunque estén enfrente de nosotros son invisibles gracias a que no le prestamos la suficiente atención. Tal vez se abra una puerta a una dimensión desconocida y permanecen allí hasta...