Sonríe para mi// Taemin SHINee

Capítulo 37

Al alejarse su risa inundo mis oídos, no solo la de ella, había más personas allí, todos se reían, escuchaba las palabras que me decían, me escondí entre mis piernas tratando de no escuchar aquello. Solo esperaba que alguien llegara y terminara con esto.

Eso nunca va a pasar, nadie puede sacarte de aquí.

—¿Amy que estas haciendo? —Levante mi vista y observé con confusión a un chico que estaba al lado de Amy, todos lo miraron con asombro y ella, ella parecía haber salido de su cuerpo, estaba pálida.

—Yo...yo la estaba por ayudar —dijo tartamudeando, fruncí el ceño, si el era importante para ella, entonces voy a vengarme.

—Mentira —susurré, me pegué a la pared con cierto miedo, su mirada vago sobre la mía, si el no estuviera Amy ya me hubiera dejado inconsciente, como solía hacer.

—¿Amy? —Su voz sonó quebrada, parecía que no podía creer que la gran Amy había hecho esto, oh señor desconocido si supieras que llevo años sufriendo por su culpa quien sabe cuanto tiempo—. No puedo creerlo. 

—Key... —Ella lo miró triste, me sorprendí cuando  empezó a llorar—. Lo siento.

—¡A mi no me pidas perdón! —Gritó, estaba alterado, Amy saltó en su lugar al  igual que yo—. Pídeselo a ella, vamos, pídele perdón. —Ella no tardó en llegar a mi lado, me asuste aún más y me pegue a la pared, aunque ya estaba pegada a ella desde hacía rato, quería que me tragara y me desintegrara.

—Lo siento —dijo, parecía sincera, pero yo nunca la perdonaría, ni aunque lo suplicara de rodillas, no se si podría ser capaz de dejar pasar por alto todo el daño que me causó.

Negué y traté de esconderme, la odiaba.

—No puedo creerlo Amy. —Levanté la vista un poco, aquel chico cuyo nombre parecía ser Key estaba llorando—. ¿Sabes por lo que yo pase, verdad? ¿Cómo puedes hacer esto? —Ella quiso acercarse pero el dio un paso hacia atrás, alejándose de ella—. Vete. 

—Pero, Key, yo no—. El movió su cabeza.

—Terminamos. —Los ojos de Amy se abrieron de par en par, sin decir una palabra corrió fuera del baño.

Key se quedó un rato allí, sin hacer ni decir nada, solo tenía la vista perdida en alguna parte del piso, en un momento sacudió su cabeza y se acerco a mi.

—¿Estás bien? —dijo mientras miraba cada parte de mi cuerpo, asentí aunque era obvio—. Me refiero a tu mente, si estas bien emocionalmente. 

Asentí formando una sonrisa, una sonrisa muy forzada para mi gusto.

—A mi no me engañas, pase por esto y se que tu mente no está procesando de una forma correcta todo lo que conlleva el bullying, tienes deseos de desaparecer y que nadie se acerque, pero en realidad quieres que todos estén contigo, que te pregunten si estas bien, quieres ser feliz pero algo te lo impide, y gracias a ese algo todo va de mal en peor ¿No es cierto?—. No se quien sea este chico, pero describió como me siento a la perfección.

Asentí y el me ayudo a pararme.

—Ella es...bueno, era mi novia. —dijo con el ceño fruncido, toque mi cabello, haciendo un rulo con un mechón, sentía asco.

—Eres la novia de Taemin ¿Verdad? —Asentí, un pequeño rubor se apodero de mis mejillas y un cosquilleo invadió mi estomago, que bien se sentía escuchar esas palabras—. El es un buen chico. —Asentí nuevamente, como si no lo conociera—. ¿Desde cuando Amy te está molestando? 

Empecé a recordar ¿Tanto había pasado?

—Unos 3 años. —dije, el abrió los ojos y susurró algo que no logre escuchar, solo vi mover sus labios.

—Tranquila, esto está por terminar. —Me dedicó una sonrisa, acarició mi cabello mojado y salió del baño, mientras tanto yo pensaba cómo no reírme ¿Acabar? Ella acabaría conmigo.

No quería estar en el instituto por lo que sin que nadie me viera, me eche a correr hacia mi casa.

Me importaba muy poco dejar mis cosas en clase, lo que si temía era que los demás se preocuparan.

No se preocuparán, deben de estar feliz sin ti, no eres más que un estorbo en sus vidas.

Si, soy un estorbo, siempre lo he sido.

Empujé la puerta de mi habitación y tiré mi mochila sobre la cama, abrí la puerta del baño y dejé que la bañera se llenara.

Estaba molesta, me despoje de mis prendas como si quisiera romperlas y eso sucedió con una, la camisa blanca se desgarró creando un pequeño agujero, me daba igual.

Cerré la puerta del baño y abrí el botiquín que había sobre una pequeña silla, algodón, alcohol, gasas, y lo que estaba buscando... 

Las cuchillas.

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