~6. Comencemos~

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El temperamento de Alex no era para nada tranquilo. Podía ser la persona mas dulce y amorosa, pero de un momento a otro podría estar sacandote de lugar un hueso. Así era él y no se creía capaz de cambiar su forma de ser.

Había vivido una infancia para nada fácil, y todos los problemas de ese entonces, lograron formar lo que hoy es Alejandro Bravo.

Pero muy en el fondo, muy, muy en el fondo, él no era así. Tenia un corazón noble y podía ser uno de los mejores amigos que podes tener. Te hacia divertir con sus palabras justas en momentos justos. Tenia la necesidad de hacer sentir bien al resto, para él poder sentirse bien. Pero de igual forma era medio enojon, después de todo hay cosas que por mas que quieras, no puedes cambiar.

Ahora mismo se encontraba fumando. Todavía no había entrado al colegio, pues era temprano, y se encontraba un poco más alejado de la puerta. Lo suficiente como para que nadie pueda verlo. Estaba detrás de un árbol el cual era capaz de tapar todo su cuerpo con el tronco. Se sintió pequeño, pero seguro porque nadie podría llegar a verlo. Bueno, nadie excepto una persona.

Frank, que pasaba muy alegremente por esa zona, vio al menor apoyado contra el tronco de aquel inmenso árbol, fumando lo que sea que esté fumando. En realidad le sorprendió. Pensó que después e la charla del otro día, había cambiado sus hábitos de fumar. Y Alex de verdad quería dejar de hacerlo, pero el vicio es algo que no fácil podes dejar. Es una adicción muy difícil de superar para Alex y con todos los recuerdos que lo atormentan, es mucho más complicado para él.

Frank se fue acercando lentamente, sin que el menor se diera cuenta. Sabia que si hacia lo que tenía en mente, probablemente Alex se enoje, pero era por el bien de él. Y de la persona siguiente que pueda verlo.

Aprovechó un descuido del chico y le saco rápidamente el cigarro de la mano, para ponerlo entre sus dedos.

-Eh!- Alex atinó a levantar el puño ya decidido a golpear a aquel que se atrevió a sacarle su cigarro. Detuvo todo movimiento al darse cuenta que era Frank. En vez de un golpe, rodó los ojos en señal de cansancio- No jodas, Frank. ¿Puedes darmelo?- Pidió sorpesivamente amable el menor y estiró el brazo para poder agarrar el cigarro. Frank lo corrió antes de que pudiera arrebatárselo.

En un intento de intimidarlo, Frank acorraló al más bajito contra el tronco. Dio una fuerte y profunda calada al cigarro, dejando anonadado a Alex, quien no se esperaba eso, y expulso todo el humo sobre los labios del menor.

Alex no sabía como reaccionar a eso. Muchas veces lo vio en películas cutres. Después de que la escena ocurría, un salvaje beso se hacia aparecer. ¿Frank quería besarlo? No, imposible si recién se conocen... Pero bien que el otro día estuvo a los besos y morreos con Mangel en el salón.

No sabia que pensar ante esa acción, así que sólo se quedo quieto sin saber que hacer.

Frank sonrió, había logrado su cometido. Dio una ultima calada, terminándose el cigarro y lo tiro al suelo, para luego pisarlo y apagarlo por completo. Le sonrió a Alex y se retiró de ahí, pues el timbre ya había sonado y era hora de entrar.

Alex, muy sorprendido por la situación, entro varios minutos después que Frank.

(...)

Esta vez, ambos muchachos se encontraban en algún lugar del colegio. La campana para dar comienzo a las clases todavía no sonó, pero faltaban un par de minutos para aquello.

Frank ya había hablado con la profesora y había ido en busca del menor para comentarle cual era el plan y la idea del grupo.

Al ver al más bajito apoyado contra la pared del patio principal, sonrió recordando la escena antes de la entrada. Se acercó de nuevo a él, sin que se diera cuenta, y se posicionó cerca de su oído para poder susurrarle y ser escuchado solamente por el menor.

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora