~73. No Comas~

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Antes que nada...

Un saludoto muy poto para DirectionerFerchi

Un saludito muy pito (uhujij dije piro gg) para IszabelaGamer

Y un saludongo muy pongo para alleria3456

Muchas gracias, bellezas!
Ahora si, continúen...

~•~•~•~•~•~•~

Recién habían llegado de la fiesta. Ambos chicos fueron a la casa del más alto, ya que era la que estaba más cerca.

Habían tomado demasiado, pero no como para caerse al caminar. Sólo se tambaleaban y decían algunas cuántas tonterías, pero eran conscientes de todo lo que había pasado y estaban viviendo. Sólo estaban un poco más felices de lo normal.

Entraron a la casa, la cual estaba toda oscura. Gracias al cielo que el padre de Rubén había decididos comprar una casa con el interruptor al lado de la puerta. Entró y encendió la luz del salón golpeando con fuerza la pared.

Junto con Mangel caminaron hacia el sofá y se sentaron ahí, manteniendo el silencio.

Ambas mentes iban de un lado al otro. Pensando en cosas banales o problemas que para alguno de ellos, eran del primer mundo.

Él necesitaba dejar de odiarse. Necesitaba que alguien vaya y le diga que todo va a estar bien.

Que alguien lo abrace y le diga cosas bonitas al oído. Necesitaba amor, alguien que le diga que lo quiere. Que lo adora, que con él es feliz.

Necesitaba cariño, familia, amigos, adoración. Un poco de... simplemente amor. De quien sea, sólo quería ser feliz por un momento.

Necesitaba la aceptación de la sociedad. Que lo miren y lo llamen lindo, y no que lo miren con asco. Quería un mundo donde nadie lo juzgara por ser cómo es, ni nadie le diga lo tan feo que él ya se veía.

Sufría ansiedad. Paranoia, miedo. Mucho miedo de decaer en un bucle infinito donde su única salida, sea el vomitar y odiar su cuerpo. Aunque sabía que ya estaba yendo por ese camino, su corazón reaccionaba a aquello, le pedía a gritos que introduzca comida en su cuerpo, sin ser eliminada luego. Trataba de escucharlo, de sentir aquella necesidad pero... en su cerebro ocupaba aquella imagen gorda frente a el espejo. Aquella repugnancia que tantas veces habrá visto.

Se sentía insatisfecho con su cuerpo, definitivamente no le gustaba para nada y sólo quería cambiarlo. Había recaído en aquello, había vuelto con su absurda adicción de odiarse, de destruir aquel físico asqueroso que reflejaba en el espejo.

Se echó una pequeña ojeada a su cuerpo. Asqueroso, sucio, repugnante y feo. La sociedad sólo quería a gente musculosa y marcada. No a un debilucho como él, ni con aquella apariencia de alguien que no come hace días.

Aunque coma todos los días, de forma desesperada para que la ansiedad se vaya... Y después, terminar vomitándolo en alguna vía de escape.

Su sonrisa no era linda, sus ojos eran demasiado comunes. Su ropa holgada y vieja, que ocultaban aquel cuerpo que tanto aborrecía.

Se vió mas delgado, sonrió.

-¿Tienes hambre?- Preguntó el chico a su lado.

-No...- Respondió él, sintiendo como su estómago crujía, muriendo por el hambre que tenía luego de una noche de borrachera. Pero su mente le repetía a cada rato "No comas".

(...)

No fue consciente hasta el momento de todos los trabajos que tenía que corregir. Antes de enfocarse totalmente al Salón de Detención, tenía que entregar anteriores actividades que había hecho con otros alumnos. Su escritorio estaba lleno de papeles. Pilas y pilas de hojas que esperaban a que su bolígrafo rojo pase sobre ellas. 

Se sobo la frente, cansada de estar hasta tarde trabajando. Muchas personas menosprecian el trabajo se un maestro o profesor, diciendo que sólo trabajan en las horas escolares. No saben que aparte de eso, tienen miles cosas más que hacer, como por ejemplo los trabajos que ella tenía.

Además de que el bimestre ya estaba terminando y tenía que preparar las evaluaciones de fin de mes. Su día no estaba yendo para nada bien, sólo quería algo que le alegrara por lo menos la noche y que pueda dormir con una sonrisa.

Su móvil sonó, como si fuera una señal de Dios.

-¿Hola?- Se sorprendió por lo tarde que la llamaban, y como no había visto quién era, tampoco podría suponer si era importante o no.

-Tenemos información, Clara- Dijo una voz ronca que ella ya conocía. Su respiración se cortó y sus ojos se llenaron de brillo.

-¿Cómo? ¿Qué.. Qué encontraron?- Llevó la mano a su boca, tratando de contener el sollozo que seguramente iba a salir en cualquier momento. Sus ojos se llenaron de lágrimas que estaba tratando de retener con todas sus fuerzas.

-Encontramos a tu ex–esposo, y tiene un hijo...- Su corazón se detuvo de repente. Escuchar de hablar de aquel hombre simplemente, le ponía los pelos de punta. Todavía no sabía como no fue capaz de salir corriendo de aquel hospital y matarlo ella misma.

Le había robado a su hijo y encima ahora tenía otro. Es que era increíble, sólo esperaba que pudiera darle alguna respuesta sobre al pequeño–ya no tan pequeño–que estaba buscando hace años.

Si es que no lo había matado.

Porque sí, ese miedo de que pudiera asesinar a su propio hijo estaba, ahí, palpante en su interior. Muchas veces habrá tenidos pesadillas con aquello y es que con sólo imaginarlo podría ella morir ahí mismo. Se odiaba por descuidarse así, y odiaba aún más a su ex–esposo por hacerle algo tan malo como aquello.

-Si, por lo que sabemos está soltero y el hijo que tiene va a la misma secundaria en la que trabajas.- Se paró de su lugar y empezó a caminar por todo el salón de su apartamento, los nervios ya se habían apoderado de ella, aunque tenía cierto toque de felicidad. Estaba tan cerca de encontrar a su hijo, y ella estaba segura que lo lograría. Haría pagar a aquel hombre que la traicionó y será feliz con su pequeño.

-¿Saben como se llama el chico?- Si sabían como era su nombre, posiblemente podría buscarlo en el colegio e idear algún plan. Aunque por mala suerte, no era así.

-No, no lo sabemos. Pero estamos investigando. Hasta ahora su perfil es blanco y flaco.  Lo siento, no pudimos averiguar mucho más

-Vale...- Volvió a sentarse en su silla, a un lado de su escritorio.

-¡Pero ánimos! Estamos muy cerca, Clarita. Todo va estar bien, te lo prometo.- Y sonrió, iba a encontrar a su hijo.

~•~•~•~•~•~•~

Dios mio...

Creo que ya sabemos quién es, no? Vamos, no hay muchas opciones.
Y saben que el que vomita es Rubius o Mangel... no sé, yo creo que es muy claro.

Les gustó? Espero que si, la verdad!

LLEGUÉ A LOS 300 SEGUIDORES!! OYE MUCHAS GRACIAAAASS, SON LO MEJOR DE LO MEJOR! Y en esta historia a las 8k de ⭐! Si es que voy a llorar!!

Muuuchisimas gracias otra vez y nos leemos otro dia<3

Luna❤

PD: Les voy a hacer sincera, me cansé de los saludos v: Los voy a seguir haciendo, no todos los días, pero cada tanto si. Espero no se molesten<3

PD2: Tranquila, Vampi de mi alma, un saludo para vos, guapa<3 ahre

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora