~13. Helados de Mamá~

5.6K 701 179
                                    

Para Guillermo, las tardes en compañía eran las mejores. Sentir que alguien estaba con él, haciendo cualquier cosa, era una sensación que el menor disfrutaba y nunca dejaría de hacerlo.

Siempre que pasaba las tardes con su mamá, le agradecía por todas las cosas que hacía por él. Capaz que ese día habían ido a tomar un simple helado barato sabor frutilla a la crema, pero para Guillermo, era el mejor helado barato que podían haberle dado. Para Guillermo, las tardes eran las mejores para estar en compañía de su madre.

Cuando ella murió, su novio apareció para formar parte de su vida y sus tardes hermosas. El menor siempre fue una persona muy agradecida con todos. Al novio le había dicho más de una vez gracias, y por cualquier cosa. Pero las tardes, sin duda no eran las mejores con él.

Guillermo estaba acostumbrado a tener a su madre todas las tardes, de todos los días. La mujer trabajaba medio turno a la mañana y luego medio turno a la noche, para así disfrutar de sus tardes con su hijo. El menor siempre agradeció aquello, siempre fue capaz de decirle gracias a esa mujer que le había dado la vida... Pero con su novio no era para nada igual, ni se acercaba.

El chico nunca tenía las tardes libres para Guillermo y con suerte, tenía un poco de tiempo a la noche. Su novio iba al instituto de mañana y a la tarde, iba al trabajo de medio tiempo. Guillermo solía visitarlo, pero siempre se quedaba un par de minutos pues él "tenía cosas que hacer". El menor nunca se lo reprochó, y tampoco tiene pensado hacerlo. Si bien no le gustan las tardes en solitario, de alguna forma lo agradece... Pues eso es sólo de su madre y él.

Desde que su novio se había ido a estudiar a otro país por un corto plazo de tiempo, sus tardes ya no eran las mismas. Ahora no sólo estaba solo, se sentía en soledad. Antes podía estar a solas en su casa, pero sabiendo que si va al trabajo de su novio él va a estar ahí, aunque sólo tenga simples minutos. Guillermo agradecía con el alma esos minutos, eran los mejores sin duda. Pero al momento de irse, al momento de separarse de su novio... Sus tardes las pasaba en completa soledad. Con un poco de suerte, podía de vez en cuando arreglar con el chico para charlar, pues con los cambios de horarios, se les hacía imposible. Y aunque estén horas hablando, el menor se sentía vacío cuando aquellas llamadas se terminaban.

En esas tardes solo. En esas pares de horas en las cuales nadie estaba con él... Era cuando más extrañaba a su madre. Cuando más necesitaba de esos helados baratos que ella le compraba.

Hace tiempo que Guillermo no comía helado.
Hace tiempo que Guillermo no disfrutaba de sus tardes.

~•~

Todas las horas en el colegio había terminado. El día no había ido nada mal para ninguno de los chicos y de hecho, muchos tenían planes entre sí.

Mangel, Rubius y Alex tenían planeada ir a jugar a la consola en la casa de Mangel, y pasar una tarde de, lo que podían considerarse, amigos.

Frank había convencido a Luzu de invitar a Lana a pasear con él, aunque no era una cita, ambos sentían que si y sin que ellos quisieran, algo se estaba formando dentro suyo.
Para Luzu, Lanita —como sólo él la llama— era una de las personas mas lindas e interesantes del colegio entero. Y para Lana, Luzu era el ser más tierno que había pisado esa tierra. Y ambos estaban a punto de pasar una bella tarde juntos.

Frank por su parte, no había arreglado con ninguno de los chicos. Había decidido irse a su casa para reflexionar de la vida... O quizás ver algunas series recostado en su cómodo sillón. Nada como una tarde de vagancia.

Guillermo esperaba dudoso al mayor en la puerta del colegio. En realidad, no tenía idea de lo planeado con Samuel. No había prestado la más mínima atención en él y esa conversación, lo que lo llevó a aceptar cosas que no tiene idea de que son.

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora