Como dos gotas de agua.

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¿Habéis tenido alguna vez la sensación de que os falta un trozo? ¿De que sólo sois la mitad de un  todo?

Bueno... quizá la pregunta era un poco demasiado extraña...

¿Y al revés?

Os ha sucedido que a lo largo de vuestra vida apareciese un "alguien" (del mismo o distinto sexo según la preferencia sexual) que sintieseis como vuestra "media naranja"? ¿Como el yin a vuestro yang? ¿Como un amante/compañero perfecto?

"Nacisteis el uno para el otro." - Pensasteis...

"Fue cosa de magia... Le vi y lo supe" - Asegurabais con la voz temblorosa.

"Es el hilo rojo del destino"* - Os hacían coros los amigos y familiares.

Eso seguro que sí... Es tan condenadamente común...

Pero no son más que sandeces. 

He leído de todo sobre el tema, empezando por el romance para acabar con la filosofía y si sometemos vuestra condición de media naranja a examen, no encontraremos nada más que atracción hormonal y similar condicionamiento social. ¿Si el destino es tan categórico cómo es que vuestro hilo rojo no os ata a un minero analfabeto de la estepa siberiana? Qué va... Siempre pasa que nuestra media naranja coincide con nuestras preferencias y hasta le gustan los mismos mangas que a nosotros.

Pero yo sí que tengo algo parecido a una media naranja. Aunque sin dudar prefiero el término Doppelgänger* o más familiarmente Hermano, con la hache pero que muy mayúscula.

Es mi doble espiritual en demasiados sentidos para que no resulte sobrenaturalmente sobrecogedor: somos capaces de comunicarnos sin mediar palabra, somos capaces de percibir nuestro estado de ánimo y salud a distancia

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Es mi doble espiritual en demasiados sentidos para que no resulte sobrenaturalmente sobrecogedor: somos capaces de comunicarnos sin mediar palabra, somos capaces de percibir nuestro estado de ánimo y salud a distancia. Al hablar en voz alta complementamos las frases y nuestros deseos y opiniones coinciden en un avasallador 100%  Y por si a alguien le parece poco, debéis saber que vinimos al mundo el mismo día a la misma hora. Comprobado en las partidas de nacimiento.

Bueno... , seguro que os pensáis que aquí hay romance... Que al vernos por primera vez sentimos un flechazo que nos hizo abandonarlo todo y caer uno en los brazos del otro.

Ja! Para nada... No sonaba ninguna campana, no hubo ningún temblor de tierra, ni siguiera un estremecimiento cuando mi flamante novio me lo presentó

— Este es mi primo Hisame Raito*. Acaba de llegar de Ōsaka para estudiar guitarra en el conservatorio. Es el nuevo "baito"* de mis padres en el restaurante.

Los viejos de Yuto Kun (mi flamante novio), regentaban un pequeño restaurante familiar cerca de la estación y desde que la hermanita pequeña comenzó la universidad, no daban abasto en la barra y necesitaban de un ayudante con urgencia. La llegada del sobrino a Nagoya les había venido de perlas y al chaval parecía dársele muy bien el oficio.

Ikigai: Una Razón Para ContinuarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora