Ya había pasado poco más de medio año desde que Sebastian se convirtió en el vasallo del gran y respetable señor feudal, Vicent Phamtonhive.El tiempo paso y así como aquel vasallo de ojos carmines y de pelo azabache llego en una temporada entre verano y primavera;llego el otoño y con ello la muerte de las hojas de los árboles que ahora tenía un color naranja y que caían con los fuertes ventarrones en aquel hermoso atardecer...
-Sin duda es precioso...- dijo en un murmullo el azabache quien miraba pacifico el atardecer que, por cierto, era del mismo tono anaranjado de las hojas más había una combinación espectacular del amarillo, rojo y mostaza que los hacia distinguibles.
Un nuevo ventarrón soplo y con esto las hojas cayeron, nuevamente.De lo que no se percato Sebastian fue que era observado, sí así es , el azabache era observado por un par de ojos zafiro.
Ciel se encontraba en la planta alta, justamente en su habitación, y no podía evitar mirar hacia afuera, desde su ventana vio al apuesto azabache que miraba pacífico al horizonte.Ciel se quedó embobado, aunque tal vez ''embobado no sea la palabra correcta, más bien sería feliz y al mismo tiempo algo ¿afligido?
No se dio cuenta que se había perdido en sus pensamientos, a pesar de que esto era lo habitual, hasta que sintió la mirada carmesí del mayor sobre él. Ciel no pudo evitar esconderse prácticamente sentándose en el suelo de la habitación ¿Porque había echo eso? ni él mismo sabía.
Por otro lado Sebastian había reído levemente ante un acto tan..¿tierno?...
Sebastian ladeo la cabeza -¿Que me pasa?- se pregunto poniéndose una mano en la frente mientras entraba dentro del castillo -Sir Klaus...- dijo el azabache al ver que un señor de mediana edad pero de un gran porte salia del palacio con una mirada preocupada -¿Que sucede?- pregunta Sebastian más el azabache sabía perfectamente la situación actual del castillo y sabia muy bien que las tropas rebeldes ya estaban venciendo a las feudales.
-Sebastian...- dijo Klaus al ver al azabache -Al parecer nuestras tropas están siendo vencidas por aquellos rebeldes...- dijo el rubio de forma despectiva pues veía a aquellos revolucionarios como la extirpe de la sociedad, la basura inmunda.
-Entiendo...- dijo el azabache no pudiendo evitar reír internamente al oír aquello.De lo que no se habían dado cuenta Vicent y su estúpido sequito , es que había un traidor entre ellos, sí, ese traidor era Sebastian.
¿Que más podría querer? Después de todo finalmente se podría vengar de aquel bastardo de Vicent Phamtonhive.El azabache lo odiaba más aún no lograba entender porque le había tomado cierto cariño a Ciel, aquel mocoso consentido, pero a la vez tan...¿lindo, pequeño y tierno?
He ahí de nuevo ese tipo de pensamientos que iban y venía desde hace ya un tiempo; no podía evitarlo, era complicado y a la vez simple.Cada vez que el azabache bajaba la guardia , por así decirlo, la imagen de Ciel sonriendo, enojado o haciendo un berrinche se le venía a la mente.Pero este echo no era lo que lo frustraba, no. Lo que frustraba al azabache era que tal vez y solo tal vez le había tomado cierto tipo de afecto un poquito más halla del simple cariño.
Eran extraños, más parecían saber perfectamente los gustos y disgustos de cada uno.Tal vez se mentían al decirse que se odiaban o tal vez era simple locura.Después de todo...
¿Que tan loco debía estar uno para tenerle tanta confianza a alguien que se supone es su enemigo?
¿Cuanto más duraría esto?
¿Esta bien o esta mal?
¿Amigo o enemigo?
¿Extraños o conocidos?
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¿Venganza o Amor?
FanfictionInicios del siglo xv,Inglaterra, gran Europa occidental.Época del feudalismo tiempo en el cuál todo era un debate por el poder absoluto, tiempo el que solo existían dos tipos de personas:los que dominan y los que son dominados. Vicent Phamtonhive...