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Los Toys

Ha sido una buena mañana, ¿no?

Bueno... ¡Sí! Ha sido una muy buena mañana...

El castaño caminaba por los pasillos del instituto sonriente, en dirección a su casillero, después de haber compartido un buen desayuno con su nuevo compañero y amigo Golden.
De pronto, pasó delante del casillero que creía suyo el día de ayer.
No pudo evitar sonrojarse por el malentendido que le hizo pasar al chico que después gentilmente lo ayudó a encontrar su verdadero casillero.

¿Cuál era su nombre?

"SpringTrap", respondió en voz alta el castaño, llamando la atención de alguien que inmediatamente sonrió.

"Hola, Freddy", saludó el rubio en cuestión a la vez que iba llegando a su casillero y se encontró con el ojiazul.
El castaño se sobresaltó un poco. No se había dado cuenta que habló en voz alta, y tampoco se había percatado de que la persona en quien estaba pensando justo pasaba por allí.

"E-Eh, ¡hola!", habló un tanto nervioso el ojiazul.

Cuando el castaño se iba a acercar a saludar correctamente al rubio, sintió un escalofrío recorrer su cuello.
De pronto, hubo un silencio de invierno polar en todo el pasillo. Todos allí se habían callado repentinamente, al igual que cualquier ruido de cuadernos y otros.

Problemas...

El castaño en un desesperado intento de saber que ocurría, miró a SpringTrap, quien estaba mirando hacia al fondo del pasillo con una mirada nerviosa.

"¿¡TÚ!?"

Entonces se escuchó como el eco resonaba por cada pared del instituto. Distinguía que era una voz de chica, pero no podía reconocer de quien era... Se notaba furiosa.

El castaño decidió que tenía que saber de quien se trataba esta persona, así se volteó para encontrarse con quien menos quería... Mangle.

El ojiazul palideció instantáneamente al reconocer a la chica que todo el mundo le había advertido no se cruzara. La peliblanca se acercó a los dos muchachos, caminando desafiante, dejando algunos rastros de estática eléctrica en el camino.

¡Joder, Freddy! Somos hombre muerto...

"¿¡TÚ!?", volvió a repetir la chica, hasta llegar enfrente de los dos muchachos, mirándolos a ambos con unos ojos infernalmente amenazantes.

Entonces, miró a SpringTrap.

"¿¡Qué haces hablando con el nuevo!?", le gritó la ojiamarilla al rubio en la cara, "¡Eres un traidor!"

"¡Oye, cálmate enana!", rió SpringTrap mientras le revolvía tiernamente el cabello a la peliblanca, "Él no te ha hecho nada malo... Solo llegó"

"¿¡Cómo que no me ha hecho nada!?", replicó la chica.

"Ay, Mangle", suspiró burlonamente el rubio, "Que el chico tenga un poder único como tú, no significa que él tenga la culpa... Es solo una adorable coincidencia"

La chica se sonrojó inmediatamente al escuchar la declaración del rubio. En el fondo era cierto que a ella le molestaba que el chico nuevo también tuviera un poder único en la escuela, pero en ese momento no era la razón que la trajo allí. Aunque si sentía remordimiento...