Secretos no tan Secretos

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¿Q-Qué fue eso?

N-No lo ...

¿Q-Qué paso con nosotros?

¡T-Te digo que n-no lo !

¿¡Q-Qué clase de respuesta es esa!?

¡NO LO !

"Muy bien, Golden Boy", decía la enfermera terminando de vendar los brazos del rubio, "Estamos listos contigo, ya puedes irte"

La enfermera se volteó hacia el castaño que tenía una venda en la cabeza, anotando en su sujetador de papeles los últimos registros en la ficha de Golden Freddy.

"En cuanto a ti, pequeñin, necesito que te quedes un poco más para anotar tus datos en tu ficha, ya que eres nuevo aquí", sonrió la enfermera, para llevarse un ceño fruncido de parte del de ojos azules y un gruñido como respuesta.

"Eh... Bueno, solo serán unos minutos", decía la enfermera, "Golden Boy podría esperarte afuera para que-"

"¡NO!", gritó el rubio, sobresaltando a los dos presentes, y causando un sonrojo de parte del castaño, "Q-Quiero decir, y-yo lo esperaré en n-nuestra habitación, ¡Adiós!"

El rubio rápidamente se levantó de la camilla y corrió fuera de la enfermería, en lo que pareció un simple segundo.
Detrás de él, cerró la puerta un tanto fuerte, pegó su espalda a ésta y se deslizó hacia abajo, para quedar sentado apoyado en la puerta de la enfermería.
Cerró los ojos, tratando de reflexionar sobre sus acciones anteriores. No se podía creer como había hecho tal cosa. Trató de pensar en alguna excusa o pretexto que le pudiese decir a Freddy sobre sus actos impulsivos, hasta recordó exactamente lo que hizo en aquel momento.
Sus mejillas se sonrojaron completamente cuando aquella escena volvió a su memoria.
Los latidos de su corazón aceleraron cuando recordó los labios del chico castaño tan cerca de los suyos. Un calor en su pecho se sintió cuando imaginó la minúscula posibilidad de haber cerrado el contacto.
¿Cómo sabrían los labios de aquél castaño?
Sus manos comenzaron a sudar cuando se imaginó aquel beso. Si tan solo se hubiera vuelto realidad...

¡Ay, no! ¿En serio me estoy enamorando?, pensó el rubio, con una pequeña angustia en su pecho. Todo era un desastre en su vida.

Haber nacido en cuna de oro.
El descubrimiento de sus poderes.
La perdida de su padre.
El distanciamiento de su madre.
Su falta de amor desde ese entonces.
El abuso de su talento por parte de su abuelo.
La vida agitada de una Súper Estrella.
Trabajar para la millonaria empresa de su familia.
Mantener una imagen comercial perfecta.
Vivir rodeado de hipócritas.
No poder tener una vida normal...

Y ahora, se había enamorado de la única persona que pensaba que sería el escape de toda su oscura realidad.
Tenía que haberse enamorado de su amigo, ¿no?

El rubio se reprendía a si mismo, cuando escuchó unos pasos por el pasillo donde él estaba. Rápidamente se ocultó detrás de la puerta de la enfermería, en el pequeño espacio entre el marco y el corredor. No quería que nadie lo viera así, después de todo, en el internado los rumores no solo se esparcían con facilidad, sino que muchas veces era cosas malinterpretadas.
Escuchó dos voces hablando, a la vez que el sonido de los pasos parecían aproximarse. Una de aquellas voces el ojigris pudo reconocer como el mejor instructor de la escuela, TownTrap. También conocido como la persona que comparte algo sospechoso con Freddy, según el rubio. Sintió como de pronto su frente se sentía más caliente, y sus manos se hicieron puños. ¿Estaba celoso? Sí, claro que lo estaba.

Alium | #FNAFHS AU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora