Potter y Malfoy, Malfoy y Potter. Draco y Harry, Harry y Draco. Sin importar la situación, desde el primer encuentro, desde el más breve cruce de miradas hasta la última batalla verbal, nada entre ellos había sido irrelevante ni débil.
Desde el mis...
El estúpido de Malfoy me hacía hervir la sangre. No solo tenía una lengua afilada y venenosa, como digna serpiente que era, sino que parecía perseguirme con esos ojos suyos tan..., ¡desconcertantes! ¡Raros!
Allá a dónde iba, me encontraba con esa mirada plateada que hacía que todo mi cuerpo sobrereaccionara con un estremecimiento incómodo. Era una mezcla chocante entre la sensación que tenía cada vez que tenía que beber la poción crece-huesos de Madame Pomfrey y la que tenía cuando probaba un mordizco de tarta de melaza.
Odiaba sentirme así. No lo entendía y, francamente, tampoco quería hacerlo. Así que cruzarme con él en cada pasillo, con su mirada burlona fulminándome, no ayudaba nada. Menos cuando me sonreía socarrón, como si supiera algo que yo desconocía, poniendo esa idiota expresión de playboy.
Odiaba a Draco Malfoy.
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¡Hola a todos, lindas flores!
Éste ha sido un relato corto, una especie de prólogo, para presentar esta En algún lugar de Hogwarts. Se conformará por diferentes relatos, cuya extensión variará. Prometo que el próximo será más largo xD.
Espero que hayáis disfrutado esta pequeña muestra del amor inocente de Harry, que no se da cuenta de que se siente atraído por Draco por la tozudez y la inocencia que lo caracteriza.
En fin, con esto y un bizcocho, ¡nos leemos pronto!
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