Bludger I

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El choque contra el césped y la tierra húmeda a cinco metros de altura debería haber sido suficiente para hacerme perder el conocimiento. Podía sentir el punzante dolor de mi brazo izquierdo, con el cual había protegido mi cabeza del impacto, que indicaba que lo tenía roto. Y otro agobiante dolor en el costado me hacía sospechar que alguna de mis costillas había sufrido la misma suerte. Me encontraba mareado y la angustia que me causaba cada inspiración me impedía respirar, lo que empeoraba mi mareo.
Me asustaba el pitido incesante en mi oído izquierdo y cómo parecía ser capaz únicamente de escuchar los latidos acelerados de mi corazón en mis orejas y mis erráticas respiraciones. Sin embargo, me aterro aún más poder escuchar, débilmente con mi oído derecho, un gemido de congoja.
En unos segundos que parecieron horas, logré bajar la vista y comprobar la cabellera rubia llena de sangre que caía desordenada sobre la tierra revuelta, seguida de un rostro inconsciente contraído por el dolor. Y el mareo desapareció de mi cerebro y los recuerdos de lo que había pasado minutos antes regresaron a mí. Vi como dos bludgers golpeaban a Draco, destrozando su escoba en el proceso haciéndole caer en picado. Y le seguí en el aire intentando alcanzarlo. No sabía que habían estado haciendo los golpeadores pero las dos bludgers me siguieron y me golpearon, separándome de mi escoba en el mismo momento en que estiré la mano y logré sujetar la muñeca de Draco. Recordé sus ojos, abiertos de par en par debido al miedo, y la exclamación de terror general en el campo.
Abracé a Draco contra mí, intentando protegerle y sucedió el impacto.
Alargué la mano, luchando por poder sujetar la suya. Justo en el momento en que su piel tibia estuvo junto a la mía y los profesores comenzaron a rodearnos, me desmayé.

En algún lugar de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora