La fiesta de cumpleaños
Las fiesta ya ha empezado. Las chicas están en la habitación terminando de vestirse y arreglarse y todo eso que eso que hacen las chicas para ponerse bonitas.
Victoria se está viendo en el espejo y se queja:
-Esto no me queda bien, no me gusta como se ve en mi.
-No es verdad- Riley dice interrumpiendo a su amiga- Te vez mejor que yo, y eso no se vale porque soy la cumpleañera.
-De verdad. Lo dices enserio.- Victoria vuelve a encontrar con su reflejo- No digas eso que tu te ves fantástica en ese vestido.
Riley estaba vestida con un vestido rojo con bello estampado blanco y negro en la parte de abajo. Ella tenía algo que hace ver cualquier prenda de ropa que se ponga se le vea maravilloso. Aparte del el vestido y las bellas zapatillas de tacón, ella se puso una bella cadena con pequeñas esmeraldas que hace juego con sus ojos.
-Te ves bellísimas.- Le dice Tori a su amiga.
Riley le responde con una sonrisa.-Tu tampoco te ves mal. Tienes pinta de que te vas a robar la atención de todos en la fiesta. Con esa falda a rayas y esa blusa azul marino holgada. Has mejorado mucho tu forma de vestirte.
-Okay te creo. Así que mejor vamos a bajar que nos hemos tomado mucho tiempo aquí arriba.
Así dichas estas palabras las dos chicas bajas y disfrutan de la fiesta de cumpleaños de Riley.
Tan pronto como bajaron las escaleras, Riley fue atacada con besos y abrazos de sus parientes y amigos.
Tori no se sentían confortable con toda esa muestra de afecto que no eran para ella, así que decidió darse una vuelta por la casa.
En el paseo por la casa, Tori se encuentra con el área donde está la comida. Ella recuerda que no había tomado su almuerzo por haber salido temprano del trabajo y para suerte de ella ahí había de toda clase de comida, y más de la que a ella le gustaba. Tomó un plato y pensó en servirse de todo un poco, pero luego recordó que estaba en una fiesta y la gente pensara que era una glotona. Entonces Victoria decidió recordase de las clases de etiqueta y protocolo que su madre la había obligado a tomar. Cuando ya tiene todo lo que desea comer se dirige a él área de bebidas.
Un colorido ponche le llamó la atención y decide tomar un poco en un vaso de lo que estaban en la mesa.
Victoria se dirige a buscar un lugar donde comer, para su buena suerta hay un lugar en el mueble de la sala de juego que tanto le gusta. Hace su camino hacia aquel mueble. Deseando llegar para poder deleitar su plato, cuando de repente aparece este joven de la nada y se tropieza con él haciendo que los dos se embarren de aquella pasta roja que Tori había elegido con tanto amor.-Demonios.-Dice el joven con enojo.- No te enseñaron a prestar atención cuando caminas caminas.- Le reclama a Tori
-¿Perdón?- Dice Tori muy confundida
-Que preste más atención cuando camines.- le repite a Tori que la dejó más confundida aún.- Con permiso- Dice siguiendo la dirección a la que se iba antes de chocarse con Victoria.
Ella está tan enojada de que le había ensuciado su falda y pero su enojo era más grande con aquel joven que ni disculpa le dio.-Joven, joven- Dice Tori trataba de llamar su atención, lo que provocó que el se detuviera y se volteara e hiciera una seña como si estuviera hablando con él.- Si a ti que tienes la camisa blanca, creo que me debes una disculpa.
-¿Yo? Pero si era tu que andaba distraída. Eres tu que te tienes que me debes una disculpa.
-No, no era yo. Yo estaba prestando mucha atención a lo que hacía, en cambio, tú venías corriendo de no se donde. Y por esa razón me debes una disculpa.
-No te daré nada. Y si me disculpa me tengo que ir.
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Entre las nubes y las estrellas
Fiksi RemajaNunca has tenido ese día dónde tus audífonos paran de funcionar. Bueno ya pueden imaginar lo malo que es cuando tienes que ir en el metro sin poder oír tu canción favorita. Así iba el día Victoria hasta que la canción cheerleader comenzó a sonar. Er...