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(SeokJin)

A veces siento que no soy feliz...

Para mí no es suficiente tener una bonita casa, o una favorable posición económica, ni siquiera gozar de buena salud... y tampoco tener un precioso y amado hijo.

Porque tengo todo eso, y debería ser la persona más feliz del planeta, porque más que todo, mi hijo es la luz de mis ojos, la razón para seguir viviendo cada día, el tesoro más grande que una persona podría desear.

Pero aun así... no soy feliz...

Alguna vez lo fui, cuando tenía todo esto, y más. Cuando al despertar por las mañanas una cálida mano siempre acariciaba mis mejillas y una suave voz me daba los buenos días. Cuando compartía una humeante taza de café, así como infinidad de sonrisas, tiernos gestos y delicados besos, con "él"...

Todo eso hacía que la felicidad no cupiera en mi pecho y que me sintiera la persona más dichosa del mundo, el ser humano más feliz del universo. Porque con "él" a mi lado, yo estaba completo.

Pero ahora... ahora siento, que en verdad, no soy feliz...

De nuevo me levanté temprano ese día. Era ya una vieja costumbre que tenía desde hace muchos años, sólo que esta vez lo había hecho por una razón más importante:

El primer día en el jardín de niños de mi hijo.

Me dirigí al cuarto que el pequeño ocupaba, esa habitación exactamente en el centro de la casa, esa que hacía casi dos años, "él" y yo, nos habíamos encargado de pintar y decorar con nuestras propias manos.

Sujeté la perilla de la puerta entre mis dedos, la moví hacia un lado y después abrí la entrada poco a poco, notando a través de la leve abertura como mi hijo se había removido durante la noche y ahora permanecía enredado entre las cobijas donde no sabía dónde estaba su cabeza y sus pies.

Sonreí por la tierna imagen.

Mi hijo pronto cumplirá cuatro años, y hace varios días que me insiste demasiado para que le celebre con una fiesta e invitar a nuestros familiares, pero sé que en realidad lo hace para poder pasar más tiempo con "él".

Porque sé que lo extraña demasiado... tanto como no quiero seguir extrañándolo yo...

Me acerqué a su cama, esa que me trae recuerdos cada vez que la veo y que muy gustosamente "él" y yo compramos un día en un local especializado en muebles para niños, pensando en la maravillosa personita que llegaría a nuestras vidas unos días después.

Tomé asiento al borde de ésta, retiré un poco las mantas que cubrían a mi hermoso tesoro, haciendo a un lado los pequeños mechones de cabello que cubrían su frente, recorriendo lentamente con mis dedos la suave piel de una de sus mejillas, para después presionarla delicadamente y llamarlo con una voz apacible para que despertara.

Y no tardó demasiado en hacerlo, llevando después sus pequeñitas manos a sus grandes ojos y empezar a tallarlos no tan delicadamente, para que en seguida yo lo tomara por los costados y lo ayudara a incorporarse sobre el colchón.

-Appa... quiero dormir más...

Otra sonrisa dibujándose en mi rostro, su dulce y ronca vocecita era lo más tierno que había escuchado jamás.

-Ya es hora de levantarse amor, ¿No quieres ir a la escuela?

Y sus redondos y hermoso ojos se abrieron más ante mi pregunta,su sonrisa cuadrada se iluminó, porque él en realidad si quería ir al jardín de niños, ya lo habíamos estado hablando y la idea le había encantado totalmente.

FootLoose (NamJin) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora