FootLoose (NamJin) [Terminada]

15- FootLoose (Final)

Pov NamJoon

—Yo también te amo, mi amor.

Dije, muy cerca de sus labios. Y de nuevo los masajeé con los míos con algo de impaciencia. Hacía meses que soñaba con ese momento. Llegué a pensar que me volvería loco si ya no podía tocarlo otra vez.

Pero ahí estaba, en la misma habitación que alguna vez habíamos compartido. Conmigo sobre su cuerpo mientras intentaba demostrarle cuanto lo amaba. Cuanto lo deseaba. Cuanto lo necesitaba.

Y me pareció difícil de creer que él hubiera aceptado mi cercanía. Pero en sus ojos vi la urgencia que tenía por ser mío. Porque al fin me había perdonado, y ya estaba dispuesto a darme otra oportunidad.

Así que fue suficiente con lo que leí en su mirada para dedicarme a amarlo como sólo yo podía.

Parecíamos dos adolescentes con las hormonas más que alborotadas. De pronto su ropa había abandonado su cuerpo y tomé a Jin del cabello, jalando su cabeza hacia atrás y enterrando mi rostro en su cuello para comenzar a empaparlo con mi saliva. Él enredó sus piernas en mi cadera, y sus manos se aferraron a la sábana.

Lo escuché jadear mi nombre y eso hizo que siguiera el camino hasta sus pezones. Estaban tan duros para ese momento que no me fue difícil rozarlos con mis dientes para que Jin se retorciera un poco. Sus dedos se enmarañaron en mis cabellos, y seguí hacia abajo con un sendero de besos, deteniéndome en su ombligo para delinearlo con la lengua.

Mi corazón para ese entonces retumbaba en mis oídos y mi respiración estaba desacompasada. Levanté un poco la vista, y me excité aún más cuando vi la expresión de mi esposo: sus ojos apretados, con los labios entreabiertos y un suave color rojizo en sus mejillas. El cabello se le pegaba a la frente por el sudor, y su pecho bajaba y subía cada vez más rápido por su agitada respiración.

Separé más sus piernas y él se sujetó de la cabecera. Tomé su miembro, y de pronto abrió los ojos al mismo tiempo que ahogó un gemino cuando me lo introduje entero a la boca. Lo ensalivé desde la punta hasta la base. Lo lamí con suavidad y lo succioné hasta que él aumentó los gemidos. Se retorció aún más sobre la cama, y aceleré el ritmo de mis chupadas hasta que le fue inevitable derramarse en mi boca.

Tragué todo su espeso líquido. Besé el interior de sus muslos y acaricié sus piernas mientras el orgasmo terminaba de recorrer todo su cuerpo. Abrió la boca un poco más para tomar aire, y luego entreabrió los ojos para fijar su nublada vista en la mía.

—¿Me extrañaste?

Le pregunté, con la voz ronroneante y acercándome de nuevo a su rostro. Dejé un tierno beso en sus labios, y luego él me sonrió con dulzura.

—No sabes cuánto.

Respondió, y después lo volví a besar, pero con más pasión. Me encargué de hinchar sus labios y ponerlos tan rojos como una cereza. Necesitábamos respirar, pero no queríamos separarnos para tomar aire y entonces comenzamos a jadear entre nuestro contacto. Los sonidos húmedos me calentaban todavía más, y bastaron sólo unos segundos para que Jin se endureciera de nuevo.

Entonces me separé un poco de él y dejé libre mi erecta longitud cuando me deshice de mis calzoncillos. Jin se mordió el labio inferior, y su vista se centró en mi miembro. Sonreí traviesamente y besé de nuevo sus labios mientras rozaba su lengua con la mía.

Ansiaba penetrarlo, y sin decir palabra alguna me incorporé sobre el colchón y Jin  me miró, al principio desconcertado, pero después entendió lo que quería y se dio la vuelta, dejando sus nalgas levantadas y su pecho sobre una almohada. Me mordí el labio inferior, y después apoyé mis manos en sus glúteos para acercarme a su pequeño anillo rosado y comenzar a prepararlo.