Te quiero

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-Alí-

Abro los ojos, me despierto agitado y con un dolor agobiante en el pecho, miro a mi alrededor y no la veo, ¡¿ZHERA?! Empiezo a gritar mientras salgo de la habitación decidido a buscarla ¡¿ZHERA?! Oigo a mi madre dirigirse a mí pero la ignoro, salgo rápidamente de la mansión y en el portón me choco con alguien

-Zehra­-

Desde temprano me han levantado para ir al mercado, mientras hago el mandado pienso en tantas cosas, desde el otro día no hablo con Alí, apenas lo vi anoche mientras él ya dormía y no quise despertarlo para conversar, además ¿qué iba a preguntar?, no lo sé, no sé qué preguntas haría a pesar de tantas interrogantes que tengo en mi mente y corazón, cómo esa tranquilidad que ahora me embarga junto a él, recuerdo las primeras veces que lo vi, yo estaba tan aterrada de estar a su lado y ahora, ahora duermo plácidamente en su misma cama. Y cuando no duermo no es por miedo, es por pensar, pensar en... ¿nosotros?

-¡Auch! – Tropiezo con alguien por ir distraída hacia la mansión – ¿Alí? – nos habíamos chocado en el portón, él parece un poco aturdido

-¿Zehra? – Interroga como si estuviera visto un fantasma – ¡Zehra! ¡Eres tú! – Me abraza tan fuerte que apenas puedo sostener las bolsas - ¡No te fuiste! ¡No te fuiste! ¡No te fuiste! – empieza a gritar agarrándome por los hombros.

-¿Irme?- pregunto con extrañeza

- Si, irte – dice él – Lo que decías en tu carta

-¿Qué carta? – Digo pero al parecer no me escucha, empieza a hablar de una carta de la que no tengo ni idea, y a decir que yo me había ido, no lo comprendo en absoluto, al parecer se da cuenta así que me toma del brazo para que lo siga adentro - ¡Llévele las bolsas a Fatma! – alcanzo a gritarle a Rustem.

En la habitación Alí comienza a esculcar las cosas, diciendo que "eso" estaba allí, pero no encuentra nada, luego revisa el armario como si estuviera seguro de que falta algo, pero todo está, se agarra la cabeza, me preocupo y cierro la puerta para que nadie vea esta escena y piense que se ha vuelto loco, lo encerrarían. Finalmente cansado de dar vueltas y decir cosas que no comprendo se sienta en el borde de la cama cubriendose el rostro con sus manos.

-Fue una pesadilla – dice al cabo de un par de minutos en esa misma posición – Fue una pesadilla... parecía tan real

-¿Una pesadilla? ¿Qué era? – pregunto con preocupación

- Que te habías ido – me mira y yo me asombro – Que te habías ido sin despedirte y me dolía – no digo nada solo lo escucho – Me dolió mucho, fue un dolor real... Zehra, te necesito, no, no es eso – pasa una de sus manos por su cabello - Te quiero – dice acercándose a mí y yo no hago más que tratar de procesar sus palabras, me quiere, ha dicho que me quiere – Te quiero – repite mientras sus dedos se posan en mi mejilla, sentí que mi interior ardía y que en sus ojos estaba el agua que necesitaba.

-Alí-

Le di el primer beso con labios temblorosos, tenía miedo de su reacción ante mi atrevimiento, sus hermosos ojos claros me miraron con asombro, volvimos a besarnos y lentamente rodee su cintura, ella mi cuello y nos abrazamos con fuerza, como si ambos hubiéramos estado esperando ese momento, la sentí tan mía, no quería soltarla, así que la abracé aún más, sus latidos estaban acelerados, llena de nervios obviamente, yo me dediqué a disfrutar ese gran momento de felicidad, su cabello olía tan bien y su piel tan suave ¡Alá! ¡Podría jurar que me iba a derretir!

Inevitable amor (Zehrali)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora