La clase acaba de terminar, por lo tanto tenemos que esperar en clase hasta que venga el siguiente profesor.
Le pido permiso a la delegada para ir al baño y mi compañera accede, Tania (la delegada) en realidad es muy buena persona y me cae bastante bien, es repetidora pero se nota que se esfuerza en las clases. También tiene muchísimo éxito con los chicos, porque, aparte de todos los motivos anteriores, es jodidamente guapa.
Eider niña, te vas por las ramas
Cierto, ve al baño y punto, Eider.
Puf, necesito echarme agua. Abro el grifo y me enjuago la cara, seguidamente me miro al espejo.
Soy una chica normal de 16 años, mi pelo es castaño oscuro y mi piel es pálida (aspecto que heredé de mi madre, por cierto). Mis ojos son verdes, los heredé de mi padre, pero a mi no me gustan como me quedan, me veo los ojos demasiado claros para mi cara.
Siempre he tenido la sensación de que veo las cosas de un aspecto diferente a los demás, de una manera más profunda, como... Con unos ojos distintos. Esa puede ser una de las razones por las que dibujo esos ojos, pero ahora, al dibujar unos ojos distintos a los que estoy habituada, mi mente se ha rayado. Me ha destruido el pequeño esquema que tenía planteado.
Mi mente se está intentando comunicar conmigo otra vez...
¿Qué me quieres decir, mente?
Me planteó la pregunta unos minutos más revolviendo cada archivador de mi mente y cada rincón de esta.
Finalmente, el cerrar de una puerta me saca de mi trance, la profesora ha llegado y debo regresar a clase.
Toco la puerta
-Perdone, necesitaba echarme agua. Estaba en el baño - me disculpo y la profesora asiente.
Seguidamente, voy con el paso apresurado hasta mi sitio, que ahora se sitúa en otro lugar porque esta profesora tiene su propia disposición de asientos.
Mi compañera de mesa para esta asignatura (Ciencias Sociales) es Syla, porque a la hora de que la profesora distribuyera la mesa, mi mejor amiga y yo le conseguimos comer la cabeza para que nos pusiera juntas.
Aunque eso no salva que la clase sea aburrida, al menos si te pierdes se lo puedes preguntar a tu amiga. Y también aprovechamos eso para hablar por notas.
Una nota aparece en mi mesa.
-Meeeeeja
-Queeeee
-Me aburro
-Ya, y todos. Ponte a dibujar algo.
-Valeee, voy a hacer el mejor dibujo del universo, vas a flipar.
Mi amiga coje una de sus muchas hojas rotas, porque es tan sumamente inutil que no sabe coges un hoja de polibloc de su carpeta. Pero yo la quiero igualmente.
Se pone ha dibujar un rato y mientras atiendo a lo que dice la profesora.
-Y Justiniano dijo... Un momento, ¿os acordáis de quien era Justiniano?
Esta me la sé, levanto la mano, pero más personas hacen lo mismo.
-Mmm, tú misma Aurora.
- Fue el emperador del Imperio Bizantino que mandó construir la iglesia de Santa Sofía. -Responde mi compañera.
Aurora es guapa, lista, tiene un pelo que flipas y también tiene cuerpazo, pero es maja y me cae genial porque no se lo tiene muy creído.
-Genial, Aurora. Bueno, pues: como ha dicho vuestra compañera, Justiniano construyó la iglesia de Santa Sofía y dijo: "Salomón te he superado", haciendo referencia con esto al maravilloso templo de Jerusalén... También en el imperio Bizantino surgió la guerra de los iconoclastas que consistía en...
Estaba escuchando a la explicación de la profesora pero Syla me interrumpe:
-Tchsss, ya he terminado el dibujo, mira. - me pasa la hoja - ¿Te gusta?
Syla ha dibujado una noche oscura de Luna llena, en el que un joven la está mirando profundamente subido a un acantilado. El joven va sin camiseta y le da la espalda al dibujo. Lo fascinante del dibujo es que mi amiga únicamente se ha ayudado de un bolígrafo negro de tinta gel y se intuyen perfectamente la variedad de colores.
-Wow, es genial, Syla. No sé como se te ha podido ocurrir eso tan rápido, yo no tengo ni chispa de imaginación.
-Ya, bueno, pues menos mal que no tienes imaginación, con las pedazo historias que te montas...
-Qué dices, esas historias son superaburridas, no les interesan a nadie...
-Eso es porque no has probado a publicarlas en ningún lado, las tienes abandonadas en una carpeta de tu ordenador y solo me las has enseñado a mí... Tienen mucho potencial, deberías hacer algo con ellas...
-Ya, bueno... No sé, es que me da miedo publicarlas y que no le gusten a la gente...
Syla me va a responder pero se distrae mirando hacia mi mesa, donde de repente ha aparecido un papel doblado.