Encuentros desafortunados

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La noche había caído sobre la ciudad,  el ruido provocado por los transeúntes había quedado reducido a casi nada. La mayor parte de la población se encontraba ya dentro de sus casas ansiando poder descansar cómodamente en sus camas, a excepción de cierto pelinegro.

Ryusaki caminaba por las desoladas calles. Normalmente no salía de su apartamento para nada que no fuera de vital importancia; sin embargo, esa noche había sentido la necesidad de ver a Light y siguiendo sus impulsos, contrario a lo que normalmente hacia, partió rumbo al apartamento de su novio.

No había tardado más de 20 minutos en estar frente a la puerta de su amado y, ahora que estaba ahí, se cuestionaba si debía tocar la puerta o simplemente retirarse sin decir nada.

-¿Ryusaki?- la voz de Light se hizo presente.

El pelinegro volteó en dirección a donde provenía la voz de su novio. El castaño lo observaba con una sonrisa en el rostro provocando que su corazón latiera con desenfreno. 

-Light- estaba seguro de haber pronunciado el nombre fuertemente pero este solo había salido en forma de susurro.

-¿Estás bien?- el castaño colocó su mano en la mejilla del contrario como gesto de preocupación - te ves preocupado, ¿pasó algo? 

-Solo vine a disculparme- le había costado un par de minutos que su cerebro volviese a funcionar correctamente y ahora ya podía formular frases completas- por... no responder las llamadas - dijo lo primero que se le vino a la mente.

El castaño sonrió ante las palabras de su pelinegro. Al parecer el no había sido el único extrañando a su novio.

-Tranquilo- dijo abrazándolo y depositando un beso en su frente- Entremos- manteniendo su sonrisa, Light abrió la puerta de su apartamento y dejó  que el pelinegro ingresara. 

El castaño dejó las bolsas con las compras en la cocina, mientras que Ryusaki se sentaba tranquilamente en el sofá a esperar por su novio.

La mente del pelinegro era un completo lío.  Light se veía feliz de verlo,  pero el sentimiento de inseguridad seguía en su mente. ¿Por qué en la foto aparecía abrazando a la rubia que se suponía era su ex enamorada?

- ¿Estás bien? - el castaño lo abrazó por la espalda - te ves preocupado.

-Si- dijo el detective enfocando su mirada en cualquier objeto que no fuera Light.

Ambos jóvenes se quedaron en la misma posición por un corto periodo de tiempo. El silencio solo tornaba la situación en algo más incómodo y definitivamente, ambos, sentían que la relación no estaba del todo bien.

-Light... yo creo que- el pelo negro fijó su mirada en el piso. Realmente  no sabía como decir lo que estaba en su mente y eso solo le causaba más conflictos. - Quizá... deberíamos...

Las palabras no salían de la boca del pelinegro. Mientras tanto, en la mente de Light, su cerebro empezaba a buscar las posibles opciones a las palabras de su pareja y ninguna era de su agrado.

El teléfono del detective sonó.

-Lo siento, debo irme- anunció el detective al ver el nombre de la persona que lo llamaba - Adiós - dijo soltándose del agarre de su novio y saliendo del departamento.

...

Las cosas en verdad no estaban bien. La actitud que había tenido Ryusaki esa noche no lograba salir de su mente. Por si fuera poco, aun no lograba solucionar el problema en que los había metido la estúpida de Misa. 

Desde que la rubia había mandado aquella amenaza para L las cosas no dejaban de empeorar. Cada vez se sentía más paranoico. No sólo porque en caso de que Misa fuera descubierta él pasaría a ser, automáticamente, un sospechoso. Si no, porque aún no estaba preparado para enfrentar a L cara a cara.

Amándonos en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora