Amándonos en la oscuridad

Yo soy L

Las miradas se centraron en el castaño que había vuelto a tomar asiento luego de escuchar las palabras de Matsuda.

Estaba jodido. En el peor de los sentidos.

Todos observaban a Light atentamente. La expresión que este tenía era confusa y difícil de adivinar. Podía ser interpretada como una muestra de preocupación al verse descubierto o simplemente de gran sorpresa ante el hecho de que su ex novia parecía ser el famoso asesino.

-¿Light?- Ryusaki fue el primero en hablar- ¿te encuentras bien?

El joven detective se acercó lentamente hasta donde se encontraba su ex novio y le colocó una mano sobre el hombro en señal de apoyo. El castaño pareció reaccionar ante ese gesto y asintió lentamente como si le costase mucho trabajo hacerlo.

Necesitaba fingir estar anonadado. De eso dependía su plan. ¿En qué momento había creído que visitar a Ryusaki sería una buena idea? Si L aparecía, le iba a ser más difícil seguir con esa farsa. Maldita la hora en que había rechazado la idea de poseer los ojos de Shinigami.

-¿Están seguros de eso?- su voz tembló. Perfecto. Alternó la mirada entre el grupo de detectives y su padre.

-Encontramos una muestra de cabello en el sobre que contenía la cinta de Kira- habló Matsuda luego de obtener la aprobación del detective Yagami- Además de eso, al momento de analizar las huellas solo una resultó no pertenecer al staff del canal.

-Esta huella resultó pertenecer a la misma dueña del cabello, Misa Amane- agregó otro de los detectives de su padre.

El castaño se mordió el labio inferior en señal de desesperación. Las acciones de la estúpida rubia iban a lograr que todo su plan se derrumbara. Sabía que tenía que haberla matado desde que ella le mencionó poseer otra Death Note pero había creído posible utilizarla para cumplir su cometido. Que equivocado estaba. Esa mujer solo era una inútil.

Tenía que pensar en algo, rápido. Si atrapaban a Misa ella podría delatarlo en cuestión de segundos. El simple hecho de haber sido pareja ya lo ponía bajo observación. Por si fuera poco, aún tenía la amenaza de Rem contra él. Estaba casi seguro que de ser posible, el Shinigami lo asesinaría tan pronto como encerraran a Misa.

¿Qué se supone que hiciera en este tipo de situación?

-Jefe- Matsuda habló- ¿qué hacemos? La oficina no tardará en enviarnos la orden de captura y...

No siguió hablando. La mirada de todos los presentes se había centrado en él indicándole que dejara de hablar.

Matsuda bajó la mirada y decidió permanecer en silencio.

-Light- el patriarca de los Yagami habló- ¿Tienes algo que decir con respecto a esto?

Se sentía como un niño regañado.

-La verdad no tenía idea de esto, padre- respondió tratando de parecer inocente- No solía ver mucho a Misa ya que ella siempre estaba ocupada con su trabajo como modelo.

Si se ponía a pensar, no estaba mintiendo.

La mayor parte del tiempo ellos se habían comunicado a través de llamadas, jamás mensajes o algún otro medio. Hubiese sido demasiado riesgoso. Mucha evidencia.

Sintió la mirada de Ryusaki sobre él y tomó su mano.

-Estuve saliendo con ella poco tiempo y cuando conocí a Ryusaki, terminamos- dijo Light sin despegar la mirada del otro muchacho.

Los detectives se sorprendieron ante la revelación del castaño pero se mantuvieron en silencio para que el castaño siguiera hablando.

-¿Durante ese tiempo no notaste algún comportamiento extraño de su parte?- preguntó su padre.