Aprovechar

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Magali dejo caer su peso en la cama, estaba agotada, física y emocional, ver de nuevo a Cedrix, saber todo lo que le había ocurrido, no poder ayudarlo a quedarse en la Reserva, bueno, Fénix, ver el odio de los demás hacia sólo un felino que busco venganza por la muerte de su madre, de su hermano, de quien quiso como madre... Cedrix era un pequeño crío bajo aquellas miradas, uno que buscaba cobijo y en vez de eso fue apaleado.

El protegerlo no estaba de sólo darle refugio, era el cuidarlo, sanarlo y darle, tal vez, si es que podía y él se lo permitía, cariño. Sabía en lo que se estaba metiendo, el castigo que se le vendría encima cuando supieran que ella no había llevado a Cedrix al aeropuerto, sólo esperaba que sus amigas le dieran una mano.

No pudo hablar con ellas como hubiera quería, estaba tan confundida y pérdida, se había dicho que con Cedrix no intentaría nada, pero ahí estaba. Secuestrándolo y llevándolo a la casa de sus padres, bueno, la nueva casa. La ONS tenía su antigua información, donde antes vivía cuando trabajaba con ellos, pero al renunciar habían dejado de saber lo que hacía, además de haberle dado un buen dinero por sus servicios, le dieron privacidad.

- Magali. - esa voz suave y ronca la hizo sonreír, Greco era un amor de niño, lo amaba tanto. Fuerte, decidido, inteligente, era todo lo que ella soñó en un hijo, ahora lo tenía. De una forma inesperada y dolorosa, pero aún así especial. - ¿Te duele la cabeza?

- No, amor, estoy bien. - alza la cabeza de la almohada, volteando a ver a su retoño pelirrojo. Sonrió. - ¿Cómo lo están tratando?

- Tita se asusto, creyó que estaba ciego - la sonrisa traviesa en la carita de Greco le hizo saber que a él le había divertido a lo grande. -, luego Tita se dio cuenta que si podía ver, le dio la bienvenida. Por otro lado, Tito no deja preguntarle si es tu novio.

- Le dije que era un amigo. - gruño Magali, se sentó en la cama y recogió su cabello en un moño flojo, Greco le sonrió y la abrazo, ella obvio correspondió el tan afectuoso acto. - ¿Qué ocurre?

- No me cae bien, te hizo llorar mucho.

- Él no lo hizo, no a propósito - solto un suspiro. - lloraba por mi, Greco, no por él.

- Pero él es como un detonador, nadie lo quiere.

- Yo lo quiero. Roman también y tus papás fueron grandes amigos de él, Dysis también le tiene aprecio y Torrent le estará agradecido por toda la vida.

- Pero...

- Sé que no será fácil, también que te costará aceptarlo, pero ahora somos lo único que tiene.

Greco asintió contra su pecho, ella le acarició el cabello y le beso la coronilla, su pequeño híbrido aún no se podía abrir a todos. Aún le costaba pedir una mano a la cual sujetarse, depender de ella. Sólo en una, en la de Magali, él creía en ella, en que no lo soltaría jamás, en que no lo dejaría solo en la oscuridad.

Con un último beso en la cabeza, le comenzó a hacer cosquillas, la risa de Greco lleno la habitación y se unió con la de ella, un momento alegre jamás estaría de más.

Cuando salieron de la habitación, su madre estaba sentada en el sofá de dos y frente de ella estaba Cedrix, sentado al estilo indio en la alfombra y viendo con sumo interés a su mamá. Ella parecía estar hablando muy rápido, reía y hacía señas con las manos, el felino de ojos purpuras sonreía.

Esa sonrisa le dio un vuelco al corazón, se veía tan lindo, inocente y joven con esa sonrisa, como si nada le hubiera pasado, como si nunca el dolor lo hubiera tocado. Magali deseo haber podido hacer algo por él cuando era pequeño, pero las máquinas del tiempo no existían ni menos la magia o un mago que le concediera el deseo.

Cedrix (Nuevas Especies 11)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora