Caballeros

4.5K 510 7
                                    

— ¿Cedrix?

Magali se giró, observó como Gael sonrió diablillo y apunto al felino, quien estaba recargado en la mesa y parecía estar dormido, ¿no había dormido bien? Tal vez no, pero ella no estaba del todo segura. Cubrió el estofado, bajo la lumbre y se acercó al felino, este estaba murmurando en sueños.

¿Debería dejarlo dormir o que primero comiera? No tuvo que decidir ella, Greco pateo la silla y está resbaló bajo el cuerpo de Cedrix, provocando que este cayera de culo en el suelo. Abrió los ojos, mostró los colmillos y gruño, al verlos... más bien, al verla boqueo.

— ¿Estás bien? — le preguntó, poniéndose de rodillas a su lado. — Caíste muy fuerte, ¿sientes como si te hubieras roto algo?

Cedrix la vio ceñudo, ella sólo desvío ligeramente la mirada ¿qué había hecho para merecer aquella mirada? Tal vez el estofado olía mal...

— ¿Qué pasó? — pregunto el felino.

— Te quedaste dormido — respondió Greco, sonriendo diablillo. — y te caíste de la silla.

— Tu me tiraste, niño. — le acusó Cedrix, Magali jo sabía si reprenderlo porque en realidad él no había visto quien lo había tirado o darle reprimenda a Greco porque si lo había hecho. — Pero... — volteo a verla. — ¿fue antes o después?

— ¿Después de qué? — ladeó la cabeza, en verdad se comenzaba a preocupar. ¿Cedrix estaría enfermo?

Ante sus ojos los de Cedrix se pagaron, parecía incluso querer llorar, ¿por qué? A penas iba a abrazarlo cuando olió algo quemado, abrió los ojos y se levantó a la carrera a revisar lo de la estufa, bien, no estaba tan mal y olía delicioso. Le pidió a Greco ayuda a preparar la mesa, el crío sonriente hizo lo que le pidió.

De tanto en tanto veía a Cedrix, él se había vuelto a acomodar en la silla, tomando asiento en la mesa, pero sus ojos violetas... parecía estar triste. ¿Por qué? Podría estar extrañando a alguien, los críos Nuevos podría ser, había escuchado que tenían fuertes lazos. Tal vez podría llamarlos, pedirles que vinieran y le dieran una visita sorpresa, eso podría alegrarlo.

Sirvio la cena, como siempre sus padres hicieron de la cena algo vergonzoso con sus peleas y recuerdos de ella de la infancia, muchos ahora que estaba Cedrix y eso le enrojeció las mejillas. El especie felino reía, daba algunas ideas o conclusiones, pero la mayor parte de la cena se la pasó gruñendo a Greco.

Él crío respondía ante aquello, ¿por qué? Tal vez fuera lo de marcar territorio y eso, pero no lo aseguraba ya que Greco aún era un crío y ciertamente no tenía edad para marcar. Solto un suspiro, levantó los trastes sucios una vez todos acabaron de desayunar y los dejo en el fregadero, ya mañana temprano se encargaría de ello.

Como siempre se reunieron en la sala, Cedrix se sentó a un lado de ella y Greco del otro lado, comenzaba a sentirse como un juguete o algo por el estilo, también muy presionada ¡Queria su espacio personal de vuelta!

— ¿Y cómo te fue en el trabajo, querida? — pregunto su madre, comenzando a hacer otro adorno para el centro de la mesa. — ¿Cómo está Victoria?

— Me fue bien, hubo buena paga. — Revisó su celular, no había mensajes ni llamadas, eso estaba bien. — Victoria está excelente, posiblemente venga mañana. Al menos esa fue su amenaza.

— Tan linda tu amiga, como siempre. — su padre río.

— Si, lo sé. — escucho a Greco gruñir y Cedrix respondió, ¡¿Pero qué se traían?!

— Mañana tenemos que ir a por la compra de la semana, también podemos llevar a Greco al parque que está cerca de la centro.

— Lo sé, papá, no me lo recuerdes.

— ¿Pediste día libre? — pregunto su madre, ella negó con la cabeza.

— Lo pedí ayer madre y parte de la mañana, no puedo exigir más. — bajo la cabeza, sabía lo que venía.

— Si consiguieras un mejor trabajo no tendrías que estar mendigando.

— Papá, yo no estoy mendigando.

— ¡Estupideces! Tu deberías tener un mejor trabajo, salario. No por nada estudiaste en ese colegio de alta cuna.

— ¿Y a ti en que te afectó? Todo lo pago Ivan.

— ¡No lo menciones!

¡Suficiente!

Cedrix se puso frente de ella en un parpadeo, la cargo, ¡LA CARGO!, Junto con Greco y se los llevó a la habitación, eso era considerado secuestro, pero le daba la bienvenida. Hundió la cara en el hombro del Especie felino, sintiéndose derrumbar.
Era de cada tres o cuatro días que su padre y ella discutieran, siempre debía haber algo que su padre detestace y se lo echase a la cara, dolía siempre igual. No sintió a Greco quejarse, agradeció mucho aquello. No podría contra ellos dos. Cedrix la coloco sobre la cama, no se había dado cuenta que Greco había quitado las cobijas por ellos y entonces sucedió la cosa más rara, el felino se puso detrás de ella y la abrazo junto con Greco, el crío no se quejó.

Ahora si iba a llorar.

— Eres la mejor. — dijo Greco, acurrucadose más contra ella.

— Única.

Esa palabra vino de Cedrix, antes de que enterrara la cara en su cuello y los abrazara con más fuerza, ella cerró los ojos. Sonriendo tontamente se permitió llorar, sus dos caballeros la sostuvieron y jamás se había sentido tan bien llorar.

Cedrix (Nuevas Especies 11)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora