Un Respiro

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Trey se pasó las manos tras el cuello, el estrés del trabajo le comenzaba a pesar y los problemas emocionales solo hacían más pesada la carga, pero no se tomaría un día de descanso. Las cosas no estaban como para bajar la guardia.

Los humanos, los de su especie, la gran mayoría ya había aceptado en su totalidad a los Especie, que la minoría de ese gran porcentaje eran peligrosos y era la gente peligrosa la cual no aceptaba a los Especie o Voraz, ¿por qué? ¿A qué le temían?

Dio un brinco al escuchar la puerta abrirse, volteo y el corazón le grito de júbilo, era Breeze, la Especie de lengua filosa. Ella lo vio sonriente, antes de tomar asiento sobre el escritorio.

— Hola, Trey, ¿todo bien?

— Si, Bree, todo bien.

— No lo parece, — frunció el ceño, alzando la barbilla mientras sus manos se posaban en sus caderas, Trey contuvo una sonrisa; ella aún tenía esos gestos humanos mal copiados o interpretados. — estás mintiendo; yo lo sé.

— Es el trabajo nada más, nada porque preocuparse.

— Sigo sin creerte.

— Eres testaruda. — masculló, se levantó del asiento y señaló la puerta. — Necesito que te retires, debo trabajar.

— Todo es trabajo para ti, ¿qué no te tomas un tiempo de, no sé, cinco minutos?

— No, ahora vete.

— No me iré.

— Breeze, no estoy jugando, vete. — ella se levantó del escritorio, camino hasta él y se detuvo justo enfrente, a solo unos centímetros. Le encantaba que fuera tan alta como para verla a los ojos sin tener que agachar la cabeza. — ¿Qué esperas para irte?

— Sé que te gustó, pero no entiendo porque no haces algo respecto a esto. — le acarició el miembro sobre la tela, él arqueo una ceja; obligándose a contener el gemido de placer que esa caricia le había dado. — ¿Por qué no te diviertes?

Apenas abrió la boca para responder, pero la puerta volvió a abrirse, dejando entrar a uno de los trabajadores de comunicación de Fénix. Trey se alejó de Breeze, camino hacia el recién llegado y tomo el folder que este le ofreció, el chico se fue sin decir nada.

Trey abrió el folder, leyó los documentos y soltó una risa, no una de diversión, sino una de incredulidad. Fui tan ingenuo. Suspiro irritado, tomo su celular y al escuchar un gruñido volteo, Breeze lo veía furiosa, él solo se encogió de hombros.

— Trabajo es trabajo, hermosa. — contestaron y el carraspeó antes de hablar. — Soy, Trey, tengo noticias.

Bien, suéltalo, estaba ocupado. — se escucho una risa en el fondo, opacando un poco el tan duro tono de Nathaniel, Trey podría imaginarse de qué forma estaba ocupado. — Espera, mejor llama a Justice, tengo que darle una zurra a alguien. ¡Ya quisieras! — y colgó, Trey río, la pareja de Nathaniel, Gael, le encantaba las peleas.

— Sigo aquí, ¿sabes?

— Lo sé, Breeze, estás gruñendo cada tres segundos. — marco el número de Justice, contesto de inmediato.

¿Qué ocurre?

— Cedrix no abordó el avión.

¿Dónde crees que este?

— Sospecho que tras los cabrones que sigan libres o con Magali. — se quedó tieso al sentir las manos de Breeze contra su culo, ¿qué no se cansaba?

Bien, envía gente a la residencia de Magali y otra que busquen a los chicos, no están, han de estar con él. — escucho un suspiro. — Te lo encargo, Trey.

Cedrix (Nuevas Especies 11)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora