Cedrix (Nuevas Especies 11)

Un viejo conocido

Su cuerpo cayo, el dolor se extendió por todas sus terminaciones nerviosas y tuvo que morderse la lengua para no gritar; no les iba a dar ese placer. Se enderezo, tomando asiento en el suelo y vio a su alrededor, ¿dónde la habían traído? ¿Greco estaba bien? ¿Cedrix? Nego con la cabeza, rezaba que aquel felino no fuera a buscarla, que no se metiera en problemas por ella... aunque sabía que aquel felino se metía en problemas por todos, tal vez creyendo que todo era culpa de él. Ella no podía estar ahí sin hacer nada.

Con su tobillo lastimado no se atrevió a levantarse, pero palpo a su alrededor con las manos en busca de algo: una pista para saber donde estaba, algo con que defenderse... Era roca irregular y humeda, la tenía luz que se filtraba bajo la puerta le daba cierto brillo al suelo y eso se lo aseguró, ¿una caverna? ¿un sótano?

Gateo un poco más y el sonido de cadenas rompio el silencio, ella se quedo completamente quieta y al escuchar un gruñido no retrocedió, Tal vez sea un nueva especie o un voraz, pensó y sonrió, no estaba sola al menos.

— Hola, - saludo y al no recibir respuesta siguió. - me llamo Magali, ¿puedo saber cómo te llamas?

Silencio.

» ¿Cuántos años tienes? - solto un suspiro al escuchar el sonido de las cadenas alejarse, la palabra "sola" retumbó en su cabeza. - Al menos dime si estás bien.

Nada. Sóla. Respiro hondo, se dirigio a la puerta a gatas y recargo la espalda en el frio metal, su cuerpo tembló; tal vez del frio o tal vez del miedo.

→°♧°←

— Vuelvo pronto. - comentó, tomando a Greco en brazos. - Shark, te las encargo.

— No te preocupes, Cedrix, sólo ve.

Acepto esa respuesta con un asentimiento, bajó del carro en su totalidad y cerro la puerta con un puntapié, se fue a la parte trasera del lugar y sonrió al verla ahí, aquella humana que en las ocasiones que fue al lugar donde él fue retenido, le había sacado sonrisas; le agradecía no haberse vuelto loco.

Ella al verlo se lanzo a abrazarlo, procurando no lastimar a Greco y él supo que había acertado al haber decidido aquello, Julia cuidaria bien de Greco hasta que Attis y Daniel llegarán.

— ¿Y cómo te llamas, corazón? -dulce y cariñosa, Greco se sonrojo; ese dulce sonrojo de un inocente infante.

— Greco.

— Mucho gusto, Greco, mi nombre es Julia, ¿te gustaría ir a jugar conmigo y mi hijo? -Él sonrio y ella río bajo. - Len tiene como tu edad y le es difícil hacer amigos, ¿quieres ayudarme?

Greco asintió, él lo dejo en el suelo y lo vio caminar a la humana, seguro de sí mismo y confiado en que podía ayudar a quien le pedia ayuda; un valiente pequeño a pesar de lo que sus ojos habían visto.

Se tuvo que tragar el nudo que se le formo, no quería asustarlo, pero seguramente el pequeño ya sabía mas de lo que ellos pensaban. Greco se detuvo, vio sobre el hombro y al verlo en el mismo lugar frunció el ceño, él solto un suspiro y bajo para poder estar a su altura.

Julia volteo a todos lados, no sabía que él era un Especie, tampoco que habia sido prostituido, tampoco que muchas veces que lo fue a ver estuvo drogado; pero aun así ahí estaba, preocupada y presintiendo que algo estaba mal, el sexto sentido de la mujer suponía.

— Iré a salvar a Magali y tu debes quedarte con Julia.

— No quiero.

— Greco, por favor, no te quiero en peligro.

— ¿Y quién te asegura que estaré a salvo con ella? - verlo cruzarse de brazos le hizo reir bajo.

— ¿Quieres que salve a Magali? -el crió asintió. - ¿Quieres que salga salva y sana?