Cedrix (Nuevas Especies 11)

Refuerzos

El golpe contra la puerta la hizo despertar, no recordaba haber dormido o en que momento decidió que era la mejor opción, pero aún así se arrastro lejos de ahí. No quería que la tocaran.

La puerta se abrió, la luz le hizo cerrar los ojos por un momento, había estado en la oscuridad por varios ¿minutos? ¿horas? No lo sabía.

— Ey, Rocko, mueve tu culo y ven para acá, podrás ver a tu hermano. - éso la hizo abrir los ojos, el sonido de cadenas la hicieron girar a ver de donde provenía y al ver un crió con manos esposadas y boca mordazada, surgio de ella un sollozo. El chico se coloco frente al sujeto, quien se dispuso a quitarle las esposas. - Tranquila, chiquita, ahorita vengo por ti, pero primero vendra conmigo éste pequeño para su ración de leche...

— ¡Yo...! - ella qué, ¿qué podía ofrecer para que dejarán al crío? Trago fuerte ante la idea. - Yo voy contigo, prometo no... no quejarme y me portaré bien.

— ¿En serio?

En verdad parecía muy sorprendido ante la propuesta de ella, pero necesitaba que aceptara o que entrará en su totalidad.

— Si, pero me he lastimado en tobillo, necesito ayuda para levantarme.

— No hay ningún problema, corazón, yo te ayudo.

Tembló ante el tono lascivo que el hombre implemento para aquellas últimas tres palabras, pero no movio su cuerpo del lugar y miro atenta al crió que la miraba con el entrecejo fruncido, confundido ante lo que ella hacia.

El hombre hizo a un lado al crió, éste dió  un traspié, pero no aparto la mirada de ella; tiernos ojos castaños confusos a lo que sucedía.  Ella cerro los ojos al sentir como el hombre le acariciaba los muslos, subiendo para apretarle con fuerza y lasciva los pechos, haciendo que le dolieran pues la caricia no era para nada tierna.

Escucho las cadenas moverse, después un sonido de quejido y al abrir los ojos; miro sorprendida al chico, éste estaba usando las cadenas para estrangular al hombre. Ella recordo aquel tip que Gabriel les habia enseñado, el compañero de Alegria habia insistido en enseñarles defensa personal, pues no quería a nadir herida o herido, Gracias Gabriel, pensó antes de golpear la tráquea del sujeto.

Este no pudo articular palabra al verse el oxígeno negado, con el golpe cerro los ojos y cayó; ella y el crió no se movieron, temerosos de que estuviera fingiendo. A rastras se alejó del hombre después de haber encontrado unas llaves y un arma de fuego corta, podía usar aquello.

El chico se acerco extendiendo una de sus manos, en la cual aun mantenía la esposa; no dudo en retirarsela. Con dificultad se levanto, evitando en todo momento apoyar, ya sea una minima parte de su peso, en el pié que tenía lastimado.

Se sentía extraña bajo la mirada del chico, pero le molestaba esa mordaza que seguía manteniendo; con lentitud se la retiro, los labios rojos y resecos ante la falta de humedad, el chico no hizo ningun gesto que le indicará que aquello le dolía.

Vio la salida, volteo a verlo de nuevo y al ver que no iba a avanzar, ella tomó la iniciativa; salieron de de aquella ¿cueva, caverna? No, era una celda hecha bajo tierra con puerta de metal, mientras que las otras eran solo tubos... Un escalofrío le recorrió de pies a cabeza, no le gustaba el lugar. Asir un tubo del suelo, usandolo como una muleta y comenzo a avanzar, con el mayor silencio que podía, hacia la salida. El chico seguía trás de ella, en cierta forma lo comprendía, tal vez alguien tambien lo habia querido ayudar a salir y al ser descubiertos quedo como el unico culpable, recibiendo un castigo que ningun menor debería de recibir.

La salida estaba subiendo las escaleras, podía ver luz al final de estás, pero algo le decía que lo mejor era quedarse ahí; definitivamente estaban mejor ahí abajo, pero no sabía el porqué.