Un final siempre es feliz

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Magali suspiro, podía escuchar lo tan rebeldes que se estaban comportando ahí abajo, pensó que Cedrix iba a poder con los jóvenes, pero al parecer se había unido a ellos. Saco debajo de su cama una maleta, empacando primero la ropa de Greco y sonriendo al ver unas que ella misma le había comprado después de que se habían hecho amigos.

Al empacar su ropa fue al baño, tomando su cepillo de dientes y el de su pequeño, al volver a la habitación se detuvo al ver a Deo, esté estaba sentado en la esquina de la cama, viendo hacía abajo. Ella sonrió, esa imagen le recordaba a un vago Deo que era regañado.

- ¿Estás bien? - le pregunto Magali, guardando los cepillos en la maleta y tomando asiento a lado del Híbrido felino.

- Yo... No sé, ¿qué tanto eres capaz de perdonar?

- Diría que el asesinato, pero algunas personas tienen motivos muy válidos, así que... La injusticia, supongo, ¿por qué?

- De acuerdo, necesito un concejo, tuyo porque de otro no me importa.

- Me siento halagada.

- Cuando paso lo de La Reserva, cuando estuve prisionero, yo... Me encariñe muy rápido con Lua. Fue lo primero que vi al despertar, sus ojos curiosos y sus labios, me atrajo cuando sólo era un crío, un chico que nunca había visto una hembra con otro propósito más que hacerla su amiga. - Magali asintió, instándole en silencio que continuara. - El sujeto de ahí hizo una estúpida competencia entre Kuz y Lua, para ver quién se iba a quedar conmigo... Ganó Luz, pensé que lo mejor sería pedir que me diera a Lua, yo quería estar con ella, pero cuando abrieron la puerta donde estaba este cabrón y Lua, él estaba... Ellos...

- ¿Deo?

- ¡Estaban follando! - se levantó de la cama, se le veía furioso y Magali se asustó, conocía a ambos padres del crío. Calista era peligrosa cuando entraba en su estado puro de Voraz y Leo... Leo era peligroso a cualquier hora. - ¡Él estaba abusando de ella! ¡No pude hacer nada! - gruño, derribando se sobre el suelo y ella comenzó a llorar, le dolía ver así a Deo, tan perdido. - Yo no pude hacer nada, yo sólo me quedé ahí ¿qué Especie hace eso? Tuve que haber hecho algo, pero...

- Deo... - se sentó junto a él, apoyando una mano en su hombro. - eras un crío, cómo lo acabas de decir, te dio miedo y es normal, es de lo más normal tener miedo.

- Eso no es lo peor Magali, yo... Yo la estoy tratando de lo peor, porque cada vez que la veo, recuerdo ese momento y la veo a ella y a él y... Estoy harto. Yo quiero olvidar eso.

- Pues será difícil, pero sé que lo vas a lograr. - rió bajo. - Ustedes los Especies suelen lograr todo lo que se proponen.

- Si, ¿hablas de mi padre? - sonrió de lado, ella negó divertida.

- Cabezas duras para cabezas más duras, siempre será así.

- ¿A qué te refieres con eso?

- Bueno, todos tienen un punto de ser tan tercos que da cierto miedo, pero logran estar juntos. Siempre va a ser así.

- ¿Con un final feliz?

- Si, todas las historias son así, aunque algunos finales te hagan llorar sabes que fue lo mejor que pudo pasar.

Del asintió en silencio, apoyo la cabeza en el hombro de Magali y suspiro, ella también lo hizo. Pobre pequeño que había tenido que dejar de ser un crío con una imagen cómo esa. Entonces lo noto, ese tranquilo silencio que ocurría ahí abajo, al ponerse tensó Deo supo que algo estaba mal.

Ambos se levantaron, ella iba a bajar por la puerta, necesitaba ver a Greco, saber que estaba bien, pero Deo la detuvo y negó con la cabeza, le alejo de la salida y él fue quien salió. Dejándola sola.

Se dio la vuelta, cerrando la maleta y fue al armario, estaría frío y Greco era muy propenso a enfermarse todavía. Al voltear, grito y un sujeto se lanzó en contra de ella, Magali le aventó las chamarras y echo a correr, tomando la lámpara en el proceso.

Se volvió a golpear, agrediendo a Dios el haberle dado. Abrió la puerta, corriendo hacia la planta baja, su bebé estaba ahí. Lo único en lo que se estaba preocupando era en Greco, pero la adrenalina y el correr, la hicieron caer. Cerro con fuerza los ojos, podía sentir cómo el pie se le dormía, comenzaba a dejar de sentirlo.

Grito de dolor cuando se le fue sujeto con fuerza, la arrastraron por las escaleras y ella se intentó aferrar a todo, pero las lágrimas ya estaban ahí. Sabía que se le iban a llevar, ¿donde? No lo sabía. Abrió levemente los ojos, viendo hacía la puerta del sótano, pero ahí solo estaba un mueble. Sonrió.

Ellos estaban bien. Eso era lo importante.

Cedrix

Lo intento de nuevo, el safarce de Rubí y Shark, pero ambos lo sujetaban con fuerza y le cubrían la boca. Lua estaba sosteniendo a Greco, quien sujetaba con fuerza su cabeza y sufría un ataque de pánico, recordando lo que un niño jamás tiene que presenciar.

Deo los había encerrado, el crío le había prometido que traería a Magali y ahora, ahora que la había escuchado gritar sabía que le había mentido. Se dejó caer al suelo, cansado, increíblemente Greco se bajo del regazo de Lua y fue a aferrarse a él, Cedrix lo abrazó igual.

- La traeré de vuelta, Greco, lo juro.- le susurró la promesa contra la sien, calmando al crío y calmándose a él. - Juro que traeré a Magali.

Cedrix (Nuevas Especies 11)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora