YO SOY AQUEL POETA

BELDAD

Mujer hecha entera de dulzura,
De fuego, de pasión y beldad.

Que ningún kilo sea tu vergüenza.
Ninguna prenda que te oculte.

Belleza entera de pies a cabeza,
Que en tu sonrisa se refleja
Es como la copa de las flores,
Como el vestido del topacio.

Mujer llena de beldad.
En tus mejillas son las más dulces citas.
En tus manos pequeñas, la hoja frágil.
Tienes en tu pecho el calor del verano.
Y en tu abdómen la piedra filosofal:
Las estrías bellas de ser madre.
Las marcas del amor verdadero.

Mujer de infinita beldad.
Nada te supera.
Ni mitiga el brillo en tus ojos.
Tu rostro es de todos el más dulce:
Y eso también el mundo lo sabe.

Una falda que pronuncie tus caderas.
Un escote que deje reposar el viento
En tus hombros.
Tus cabellos danzando como el otoño.
Tus ojos fijos, en albor de primavera:
¡Y el resto que no te importe!

Beldad.
Beldad es la caricia amable
De quien se ama sin mirar al espejo.
Beldad es un segundo taciturno,
Un momento de intimidad con el corazón.
Beldad es no ser una mujer de escaparate.
Beldad es endulzarse con chocolates.

Mujer, como ternura en demasía.
Imperada de calidez y ternura:
Mujer que ama con el alma
Y entrega su cuerpo con el corazón.

No necesitas ser una modelo estrellada:
Basta con ser una estrella,
Que tus ojos sigan brillando
tu carisma reluciendo.
Y de tu corazón modelo.

El resto son sólo kilos
¡Y eso es lo de menos!

J. Palacio