#17: Duele como el infierno

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Valeria.

Ya casi es día de muertos. No sé como sentirme al respecto, por un lado, amo la idea de honrar la memoria de los muertos con una tradición prehispánica muy antigua y linda, pero por otro lado, todo me recuerda a Bianca y duele, mucho.

Supongo que discutir con José mantiene mi mente bastante ocupada para no tener pensamientos suicidas.

—¡Yo se lo quiero dedicar a Bianca! — exclamo mientras pongo su foto en la cima del altar de muertos que hicimos José y yo, cada uno trae una caja con cosas de a quien se lo queremos dedicar con el fin de adornar el altar que nos pidió la maestra.

—¡Y yo a Joseph! — replica José poniendo la foto de su hermano menor y dándome la foto de Bianca.

Llevamos discutiendo por esto cerca de tres horas, incluso cuando forrabamos las cajas con papel china para darle forma al altar, no dejábamos de discutir sobre a quien se lo íbamos a dedicar.

Envidiaba la armonía que tenían Chloé e Ire al trabajar, no discutían, solo se sonreían mientras cortaban y hacían todo, cada una por su lado para un bien común. Mientras tanto, José y yo estamos peleando con algo tan vital para hacer un altar de muertos.

—Vamos José, solo por esta vez — le digo en tono seductor y él bufa.

—No caeré de nuevo, Valeria — me dice y doy un pisotón en forma de berrinche, José no me hace caso, esto no me gusta.

En eso pasa la maestra a ver nuestro progreso, al ver nuestra pelea para ver a quién se lo dedicaremos se nos queda viendo algo apenada.

—Si saben que los altares son para los adultos, ¿verdad? Ya que los niños son velados el día de todos los santos, o sea, hoy — nos dice la maestra haciendo que ambos soltemos las cajas.

Nuestra pelea fue inútil, no podemos dedicarle el altar a ninguno ya que ninguno califica como adulto.

—Bien, se lo dedicaremos al padre de Alexa — dice José agarrando la foto de su hermano para ponerla dentro de la caja que ya levantó.

—¿Alexa? — pregunto disgustada casi por reflejo.

Últimamente cada vez que José menciona a Alexa bufo, es como un reflejo, no digo que ella sea alguien irritante, de hecho, es bastante genial, pero no me agrada que de repente, ella y mi José estén pasando mucho tiempo juntos.

¿Pensémi José”? Rayos, estoy perdida.

—Bueno — le digo queriendo tener una replica, pero en realidad no la tengo, no sé a quién dedicarle el altar y el cariño que Alexa le tiene a su padre es demasiado grande que dedicarle el altar sería un lindo gesto de los dos.

—Que bien que estemos de acuerdo otra vez — dice José burlón —. Llamaré a Alexa para que traiga las cosas para el altar.

José sale del aula y casi en automático me quedo haciendo muecas raras para simular que soy ese par, pateó una caja vacía que no sirvió para nada, solo para tener algo en que canalizar mi furia.

—Te lo juro, pensé que tú y José eran pareja — dice Irene viéndome algo apenada —. Podía percibir el amor entre los dos.

—Pero se nota desde lejos que le gusta la tal Alexa — dice Chloé con una mueca.

—Creí que estaba imaginando todo — me quejo triste dando pisotones en el suelo como niña berrinchuda.

—Yo sigo sintiendo el amor entre ustedes dos — dice Ire levantando los brazos —. Haganme caso, soy mamá Conejo después de todo.

Solo dame una razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora