#7: Criminal

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(Criminal - Fiona Apple)
Valeria.

Agarro mis zapatos y salgo de la habitación donde acabo de tener relaciones sexuales. No es por nada, pero prefiero evitar lo cariñoso que se pondrá el chico en la mañana, salgo de la casa, donde la fiesta se ha acabado, hay borrachos durmiendo en todas partes, algunos sin camisa, otros sin dignidad. Yo salgo de la casa con la frente en alto dispuesta a caminar por Villa Dorada hasta que sean las seis de la mañana y finja que salí a correr.

Llego al parque cerca de mi casa y me siento en un columpio, toco la cadena con nostalgia mientras sonrió, podría trepar hasta mi cuarto y dormirme, pero no. No puedo dormir en este momento.

Bien Valeria, son las tres de la madrugada y no puedes dormir, ¿qué vas a hacer ahora? Joder al prójimo.

—Hola Josefo— lo saludo cuando me contesta.

—¿Sabías qué son las cuatro am aquí?— me contesta él pero ambos sabemos que él tampoco podía dormir, aunque dudo que lo de él sea porque estuvo en una fiesta y tuvo sexo para terminar paseando por su pueblo.

—¿Por qué todos se aferran a recordarme la hora?— le pregunto sonriendo viendo a mi alrededor, saludo al guardia de seguridad que se pasea por el parque todas las noches y él solo rueda los ojos, ya está acostumbrado a que esté aquí.

—Yo lo decía como un dato— se excusa riendo.

—Un dataso— añado divertida. Adoro hablar con José, su voz tiene algo que me hace sonreír y verlo me hace querer vivir.

Él logra llenar los huecos que trato de llenar con alcohol, drogas y sexo. Aún así, como quedamos en que seríamos amigos lo que significa que no puedo besar su cara cada vez que lo veo, lleno mi necesidad sexual con desconocidos a los cuales ni sus nombres me interesan.

—¿Qué haces despierto?— le pregunto curiosa y él se queda callado varios segundos.

—Pintar el atardecer— miente y me rio divertida, adoro que sea tan pésimo mintiendo.

—Para eso faltan dos horas— le recuerdo viendo mi reloj, allá son las 4 am, lo cual me preocupa de él.

—Lo sé.

—¿Qué haces , entonces?— le pregunto curiosa y él murmura algo que no alcanzo a entender.

—Supongamos que te digo que preparo mis pinturas y tú me crees— me propone y me rio, yae dijo que hace y no le entendí, ahora de verdad quiero saber.

—Ya, ¿qué haces?— le pregunto y José bufa.

—Ver a Andrea desnuda sobre mi cama— me dice serio y me quedo callada.

Wow, tengo sentimientos encontrados con esto.

—Ah, te la creíste— me dice y suelto aire que no sabía que retenía, me muerdo la lengua por creerle y que el hecho de que esté con Andrea me alegra pero me molesta.

—Te odio— le digo fingiendo molestia—. Casi le llamo a Andrea para decirle lo orgullosa que estaba de ella.

—Sí, así le ponemos— me dice riendo y ruedo los ojos.

—¿Por qué hablas conmigo? Fui cruel con tu mejor amiga— le pregunto cambiando el tema antes que él se dé cuenta de mis sentimientos encontrados.

—Y ella en respuesta destruyó todos los cuadros que pinté para ella, supongo que es una especie de tregua— me explica él con aburrimiento.

—¿Saben que hablas conmigo?— le pregunto curiosa, de ser así, Andrea no dejaría de mandarme mensajes para que le hable bien de ella a José.

Solo dame una razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora