#14: Melodía desencadenada

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José.

Llego a mi primer día del curso algo nervioso, la apariencia de estas personas parece que son profesionales, sin mencionar que yo solo pinto, soy pésimo para lo demás.

Bueno, tal vez la actuación también sea lo mío. Quiero decir, Valeria cree que no estoy enamorada de ella y Andrea cree me gusta su nueva imagen.

O ellas son ingenuas o soy buen actor.

Entré al curso sintiéndome muy nervioso, en eso veo a una chica de lentes, bajita de cabello castaño claro, ella usaba una boina y se veía muy linda. Pero ese tipo de linda del que no esperas cuando te destruyan con sus habilidades de dibujo.

¿Cómo sé que me destruirá? Pues, acabo de ver el dibujo que estaba garabateando en su libreta.

—Tranquilo, José. A lo mejor solo ella sabe dibujar — me tranquiliza Valeria a lado de mí.

—Pues, adivina. ¡Yo también solo sé dibujar! — le grito y ella se empieza a reír.

—Te aseguró que tienes manos mágicas — me dice ella en voz baja con tono seductor y yo me alejo de ella antes de sonrojarme.

No puedo evitar sonreír por esa noche en la que ella me besó con tanta pasión, me hizo sentir en la nubes, aunque el hecho que se quedará dormida en medio del besuqueo me hizo retomar un poco el control.

Me siento en un asiento vacío mientras trato de no mirar a la competencia sin éxito, mientras que todos parecen algo novatos, la chica de la boina parece la única profesional en el curso.

Espero que Valeria tenga razón y solo pinte, eso nos pondría en una especie de balanza para poder competir. Si la chica sale con un nuevo talento artístico a flote, me pondré a llorar mientras le hago reverencias.

Bien, debo de pasar tanto tiempo con Sol, Alexa y Saul. Me estoy un dramático.

Valeria se sienta a mi lado con una sonrisa socarrona, nada inusual en ella, aunque ha estado actuando rara desde que volvimos de Villa Dorada, la noto algo distante de mí y eso es sorprendente ya que allá ella era una garrapata. Incluso le pidió trabajo a mi padre para conseguir algo de ingresos para cuando se mudará.

A pesar que Valeria, Aldair y Jennifer me tenían bastante hostigado en el trabajo, siempre agradecí que a Steven no se le ocurriera meterse también. Entre Valeria y Steven se gastaba todo mi tiempo libre, ya que ninguno de los dos me quería ver con el otro, llegué a un punto donde no supe si era porque no me querían compartir o porque creían que el otro era influencia para mí.

La maestra a cargo nos da la bienvenida mientras nos explica lo que veremos en este curso, así como un lindo recordatorio sobre como el mejor de este curso tendrá una beca completa en la carrera relacionada a las artes que deseé.

En otra situación no me hubiera importado el premio y no estaría tan asustado por la chica de la boina, pero después de la charla de hombres que tuve con mi padre hace unos meses, estoy bastante asustado. Esta es realmente mi última oportunidad de dedicarme a las artes, si no consigo esa beca tendré cuatro opciones: ser doctor, ser abogado, ser contador o terminar como Sol antes que la rescatara.

Mis manos entrelazadas empiezan a temblar y sudar por los nervios, no puedo pensar en otra cosa que la voz de mi padre dándome la regañiza de mi vida hasta logré convencerlo que entraba al curso porque quería estudiar artes en la universidad. No es algo que realmente me interesa del todo, pero era mi único argumento a favor.

Solo dame una razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora