#12.5: Tik tok

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Andrea.

Hoy estoy a punto de hacer algo que nunca había hecho en mi vida: lo que se me dé la gana.

—¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! — gritan emocionados los chicos a mi alrededor, estoy bebiendo cerveza desde un embudo y a pesar que sabe horrible y raspa mi garganta no dejo de encontrar esto divertido.

Termino de beber y grito emocionada por mi victoria, todos aplauden y me felicitan por mi tarea, traigo puesto un gorro de fiesta aunque no tengo idea de que estamos festejando.

Me acercó a Noé el cual está sentado en el sillón riendo con un chico que no conozco, Raquel y Óscar están cantando encima de la mesa una canción sobre corazones rotos, mientras a su alrededor todos ríen.

—¡Hey! ¡Estúpidos! Bajense de mi mesa —  los regaña el chico sentado junto a Noé.

—Cállate, Erick — lo calla Óscar y se bajan de la mesa mientras la música resuena por toda la casa.

Me quedo sentada balanceandome hacia los lados mientras me siento liberada. Ya no hay Bianca que me apague la fiesta ni Valeria llorando o haciendo estupideces que pueden terminar con ella, al fin puedo divertirme sin preocuparme nada.

Viéndolo de esa forma, me escuchó muy cruel. Pero es la verdad, si debería mencionar algo bueno de la muerte de Bianca, sería esto, eso no quita que también la extrañé.

No la extraño al nivel que Valeria lo hace, el mío es más controlado. Si, hay días que me levanto queriendo hablar con ella y me encuentro mirando el vacío pensando en el hueco que hay ahora en mi corazón, inclusive solicité entrar a una universidad en otra ciudad ya que todos parecían empeñados en recordármela. No es que pase mucho en Villa Dorada, una historia como la de Bianca y Valeria era demasiado irreal para ser cierta en sus pequeñas cabezas y yo, como la fiel amiga de ambas que siempre estaba allí, era la más consultada cuando ellos querían saber el chisme.

No me doy cuenta que estoy viendo el techo con mirada perdida hasta que Óscar pasa su mano por enfrente de mi cara, volteo a verlo, me mira preocupado y yo sonrío, me parece lindo tener a gente a mi alrededor que se preocupen por mí. Valeria lo hace... A su manera, ella me sobreprotege y hace centenar de estupideces para trata de ocultarme cosas que cree que me pueden hacer daño.

Pero volviendo a Óscar, él se sienta a mi lado mientras Raquel regaña a Erick por darle marihuana a Noé, me quedo mirándolos dudosa de haber escuchado bien, hasta que Erick suspira.

—Empiezas a sonar como su amiguito engreído — se queja él —. Además, solo es un poco y Noé ya está grande para tomar decisiones.

—José no es engreído — lo defiende Raquel cruzándose de brazos, los tres chicos la miran con una ceja arqueada y ella suspira —. Bueno, no es tan engreído como crees.

Todos ríen y me empiezo a reír con ellos, no creo que José sea engreído, solo un poco arrogante, pero hasta eso lo encuentro encantador, quiero decir, él es tan lindo, tan diferente, tan buena persona, todo lo que alguna vez soñé. Él es la persona que siempre busqué y sé que si en algún momento él me quiere de la misma manera en la que yo, ambos nos haremos sentir tan amados.

Él es mi príncipe azul.

—Tierra llamando a la chica nueva — me dice Erick chasqueando los dedos enfrente de mí.

—Déjala, está enamorada de José — dice Raquel con una sonrisa aprobatoria.

—¿Qué te dije de secuestrar y drogar a la gente, Raquel? — le pregunta Erick.

Solo dame una razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora