Capítulo 3: La cueva

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Aún era una hora temprano, siendo plena madrugada. En la casa se respiraba un ambiente de paz y tranquilidad.  Todos los residentes estaban en un profundo sueño, en concreto uno de ellos.

-Uhh... -entre leves quejidos, James se movía de vez en cuando, acercándose así cada vez más al borde de la cama. Así continuó hasta que finalmente, terminó cayéndose en la cama de Max, concretamente sobre el chico, sobresaltándole y despertándole. Con su amigo encima, Max soltó un pequeño quejido, tratando de controlar el tono de voz al darse cuenta que aún era de noche.

-¡Ugh! ¿¡James, se puede saber qué haces!? -exclamó molesto, agitándo al joven con brusquedad en busca de despertarlo. De un sobresalto, finalmente recobró la conciencia. Algo confuso miró a los lados, notando que algo se movía debajo suyo. Tras darse cuenta se levantó rápidamente, mirando preocupado a su amigo.

-O-oye, ¿estás bien? -preguntó, acercándose al contrario- ¿Qué ha pasado? -aún confuso, esperó una respuesta por parte de su amigo, quien dio un suspiro. Éste esperó unos instantes para recupersarse de la pequeña conmoción.

-Mira que pensaba que era el único capaz de hacer este tipo de cosas... ¿De normal te zarandeas tanto al dormir? -preguntó, acurrucándose de nuevo debajo de la manta- En fin, volvamos a dormir anda...

James suspiró, regresando así de nuevo a la cama con cuidado de no pisar a su amigo de nuevo. Una vez logró con éxito subir y meterse bajo la manta, se giró para poder así vislumbrar el exterior a través de la ventana. La luna se había movido levemente desde la última vez que la había visto, por lo que asumió que habían pasado algunas horas. Pequeños pensamientos intrusivos hicieron que recordara el sueño de la anterior noche. El joven no pudo evitar preguntarse a sí mismo una vez más el significado de lo que aquella voz le había dicho.

De esta manera James volvió a quedarse dormido, pasándo así el resto de la noche.

 Un chirriante y estridente ruido comenzó a invadir la habitación, interrumpiendo el sueño de Max a los pocos instantes de sonar. No tardó en darse cuenta, por lo que con una mano buscó a su amigo en la otra cama con su cama aún entre las almohadas. Al encontrarle, empezó a tirar de él para despertarle, ya que probablemente el no se habría inmutado.

-Jeimzz... aphjalo... -comentó, con algo de dificultad. Hablar a través de una almohada resultaba ser más complicado de lo que parecía.. Al ver que nadie había atendía su petición decidió levantar levemente la cabeza para mirar a los lados. Para su sorpresa, lo que había agarrado era una almohada bajo una manta. Su amigo no estaba por ninguna parte, por lo que con algo de dificultad, se levantó y apagó el reloj del que provenía aquel molesto sonido. Algo extrañado, se preguntó dónde se había esfumado su amigo. El joven moreno aprovechó que estaba de pie para recoger su teléfono. Al encenderlo se encontró con un mensaje de su amigo.

Mensaje de James:

"Hola Max! Perdón por haberte dejado solo en casa, mi madre necesitaba que fuera a hacer la compra. Al ver que estabas durmiendo tan a gusto decidí dejarte e irme solo. Si ves que tardo mucho háblame."

Tras leer la nota, consultar la hora y ver que su amigo no había regresado, decidió llamarle. Resultaba que aprovechando que estaba haciendo recados, el joven se pasó un rato por el Parque Nacional. Con su amigo esperándole ahí, Max rápidamente se cambió para salir de casa. Tomó una pequeña bolsa de tela y las llaves para cerrar la puerta tras de él. Una vez en la calle emprendió su camino al parque natural, el cual estaba realmente cerca de la casa de su amigo, por lo que no tardaría en llegar. En el transcurso, el chico pudo notar como el clima empezaba a cambiar, con hojas de árboles teñidos de cálidos colores desperdigados por las calles de la ciudad. Una fría brisa le golpeaba, provocando en él un pequeño escalofrío, acompañado de un estornudo.

Pokémon Mundo Misterioso: Destinos Unidos |En edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora