Capítulo 4: Serena

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James siguió buceando un poco hasta conseguir alcanzar lo que parecía ser el hueco que daba hacia la otra salida de la cueva. Éste asomó la cabeza por ella y vio que era un túnel de distancia relativamente corta. A los pocos segundos empezó a sentir la necesidad de respirar de nuevo, por lo que comenzó a bucear de vuelta a la superficie de la forma más rápida que sus piernas le permitieron.

Ya de vuelta, Max, quien estaba apoyado en la pared de la cueva, al ver a James salir a flote corrió hacia él de forma veloz- ¿Cómo lo ves?- preguntó impaciente con un tono de ilusión.

-Pues... yo creo que puedo llegar sin muchos problemas, pero tú eres otro mundo...- le contestó mientras se rascaba la nuca. Su amigo tras escuchar eso, no pudo evitar entristecerse un poco ya que le hacía mucha ilusión poder ver también a dónde llevaba el túnel. James le miró sin saber qué decirle, aunque no parecía que tuviera que decirle algo ya que daba la impresión de que Max estuviera pensando en una alguna forma de solucionar aquel problema.

-Si yo no puedo ir, ¿por qué no vas tú con el móvil y hacemos videollamada?- su amigo le miró sorprendido. De hecho, le parecía una buena idea, aunque ésta tenía un leve inconveniente.

-Esto... Max, no es por fastidiar, pero el móvil no va a llegar vivo al otro lado, ¿sabes?- respondió James con una mueca.

-Ya lo sé, con solo rozar un poco el agua seguramente muera. Aunque... ¿y si estuviera cubierto de algo o en el interior de un recipiente?- Max con una sonrisa sacó de detrás suyo lo que parecía ser la fiambrera en la que había estado el almuerzo de ambos. James al verlo sonrío también y salió del agua de un salto. Mientras, su amigo tomó su móvil y lo metió dentro del recipiente, entregándoselo a su dueño- Más te vale que no se te escape por el bien de todos. Como lo pierdas te va a caer una buena- bromeó el moreno, a lo que James se echó a reír.

-Oye, que soy torpe, pero tampoco tanto, ¿no?- preguntó tratando de que su amigo no le vacilara. Max simplemente le miró con una sonrisa sin decir nada.

-Como no vayas ya, nos vamos a quedar sin tiempo para explorar nada. Así que ves yendo ya, y cuando llegues, llámame- James solo asintió con la cabeza y de un zambullido se metió de vuelta al agua. Ésta vez llegó al fondo de la laguna bastante más rápido que la anterior vez, aún teniendo las manos ocupadas al tratar de evitar que la fiambrera con su móvil se perdiera. Miró de nuevo el túnel durante unos segundos y empezó a atravesarlo.

Conforme iba avanzando no tardó en notar la necesidad de respirar de nuevo, por lo que James comenzó a apresurar la marcha tratando de nadar lo más rápido posible. Se quedó sorprendido al ver que el túnel cada vez se alargaba más, o al menos esa era la impresión que este daba. Por un momento se pensó que podría ser por la falta de oxígeno, aunque era poco probable puesto que apenas había estado buceando. De repente, James notó cómo las fuerzas comenzaban a fallarle, yendo cada vez más despacio hasta llegar a un momento en el que se quedaría completamente quieto, flotando en medio de aquel pasadizo. Poco a poco fue cerrando los ojos, aunque antes de perder la conciencia, notó como una especie de fuerza o corriente comenzaba a arrastrarle. Finalmente James se desmayó por la falta de aire.

A las horas...

Nuestro protagonista comenzó a notar algo clavándose en su abdomen, lo que provocó que poco a poco recuperara la consciencia. Nada más despertarse le entró un fuerte ataque de tos, escupiendo así el agua que quedaba en sus pulmones. Tras recuperarse y mirar en frente suyo, se dio cuenta de que estaba rodeado.

Pokémon Mundo Misterioso: Destinos Unidos |En edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora